Franja de Gaza bajo asedio: 30 cristianos fallecidos y escasez en medio del conflicto

La Fundación Ayuda a la Iglesia que Sufre, ACN, ha revelado datos impactantes sobre la difícil situación que enfrenta la comunidad cristiana en la Franja de Gaza. En los últimos meses se ha registrado un preocupante deterioro en las condiciones de vida de la población, por el prolongado conflicto; la cifra de fallecidos entre los cristianos alcanza los 30, reflejando el sombrío panorama que atraviesan.
El escenario en Gaza se torna cada vez más desesperado, con la región dividida en dos zonas claramente segregadas: el norte y el sur. La escasez de alimentos y combustible persiste como un grave problema, especialmente en el norte, donde los precios elevados dificultan aún más la supervivencia de los residentes. Según George Akroush, director de la Oficina de Desarrollo de Proyectos del Patriarcado Latino de Jerusalén, “el costo del diésel ha alcanzado niveles exorbitantes, llegando a €200 por 20 litros, que apenas son suficientes para dos horas de generación eléctrica”.
La falta de combustible y electricidad ha paralizado las bombas de agua, obligando a los residentes a extraer el líquido manualmente de pozos. Esta situación ha generado serios problemas de higiene, especialmente para los niños, quienes enfrentan enfermedades debido a la escasez de agua y la falta de suministros básicos.
A pesar de los desafíos, siete religiosas pertenecientes a tres congregaciones distintas, junto con un sacerdote, continúan brindando apoyo a los cristianos que buscan refugio en la parroquia católica de la Sagrada Familia. Sin embargo, el número de fieles que han encontrado protección en este recinto ha disminuido en las últimas semanas, principalmente debido a la emigración y las trágicas pérdidas; los cristianos desplazados pueden abandonar el recinto, pero lo hacen con cautela, conscientes de que la situación puede empeorar en cualquier momento. Actualmente, 184 familias, totalizando 560 cristianos, entre ellos 140 niños y 84 personas mayores, permanecen en la parroquia.
El recuento de víctimas mortales desde el inicio del conflicto asciende a treinta, y otras 11 personas han perdido la vida debido a enfermedades crónicas sin tratamiento adecuado. La historia de Hani Abu Daud, un paciente de 48 años que necesitaba diálisis regular es particularmente desgarradora: sin posibilidad de recibir tratamiento en los hospitales del norte y luego en el sur debido a los constantes ataques, murió lejos de su familia.
La comunicación también se ha visto afectada, con dificultades para cargar y recargar los teléfonos móviles. A pesar de los desafíos, el papa Francisco mantiene un contacto casi diario con el sacerdote y las religiosas que atienden a los refugiados.
Mientras tanto, muchos residentes con una segunda nacionalidad han optado por abandonar Gaza en busca de refugio en países vecinos. Para George Akroush, la destrucción masiva de viviendas y estructuras plantea un gran interrogante sobre el futuro en la región: “el 62% de las casas han sido totalmente destruidas y según algunas organizaciones internacionales y organismos de las Naciones Unidas que operan sobre el terreno, la reconstrucción durará hasta el 2093.”
A pesar de los desafíos, el Patriarcado Latino de Jerusalén, con el apoyo de organizaciones como ACN, continúa proporcionando ayuda humanitaria a través de medicamentos, alimentos y financiamiento para procedimientos médicos. Además, se han mantenido los salarios de los profesores y otras personas que trabajan para instituciones religiosas, con el fin de sostener a sus familias.