
«Igualada» narra el trayecto de Francia Márquez, una activista y actual vicepresidenta de Colombia. El director Juan Mejía, mediante su cinta, demuestra que la rabia puede convertirse en la herramienta para alterar la dinámica de poder de una nación.
«¿Qué se cree esa negra?» ¡Es muy igualada!, fueron algunos de los comentarios en las redes sociales que el director Juan Mejía llegó a leer en 2020, al iniciar la grabación de la carrera de Francia Márquez, una activista medioambiental, hacia la presidencia de Colombia.
Así surgió el nombre del documental «Igualada», el cual retrata los últimos 15 años previos a la llegada de Márquez a la vicepresidencia de Colombia y que Mejía exhibió en el Festival de Cine de Derechos Humanos de Berlín.
«En Colombia, el término «igualdad» es extremadamente despectivo: se percibe como elitista, machista y racista. Sin embargo, seleccionamos ese nombre porque creemos que podría ser muy representativo», relata el director colombiano en una entrevista con DW. Y justamente en la cinta se puede apreciar la manera en que la candidata afrodescendiente reaccionaba a esos ofensas durante sus mítines de campaña: «Claro, soy igualitaria y, ¿qué?»
Las elecciones, que resultaron en la victoria del izquierdista Gustavo Petro, fueron particularmente relevantes en el país sudamericano ya que no solo se cuestionó el orden establecido de una nación hasta entonces gobernada por políticos conservadores, sino también la posibilidad de que una mujer activista afrodescendiente alcanzara el poder.

Los riesgos de ser activista en Colombia
Aunque la propuesta de producir un documental sobre la activista social de aquel tiempo emergió en 2020, Mejía, el director, ya había estado en contacto con Márquez desde el año 2006.
En esa época, producía cortos acerca del desplazamiento obligatorio en Colombia y Márquez era una de las jóvenes que encabezaba la batalla por mantenerse en su territorio en el corregimiento de La Toma, ubicado en el departamento del Cauca.
Mejía realizó dos cortometrajes entre 2009 y 2011 en los que Márquez, de alguna forma, fue el personaje principal. Durante ese periodo, el director logró entender elementos de Márquez que le hicieron asombrarse: «Me impactó profundamente que un individuo tan joven posea tal nivel de convicción, que a tan joven alguien estuviera dispuesto a poner todo en juego.» Y, en Colombia, poner todo en juego es la propia vida», explica Mejía acerca de la política actual de 42 años.
En realidad, el director pudo detectar situaciones de riesgo durante las grabaciones. «A medida que grabábamos, siempre existía el riesgo de que algo le suceda. «Desde hace muchos años, ella estaba bajo amenaza de muerte», recuerda Mejía.
Es importante destacar que esto sucedía principalmente en las áreas rurales de Colombia, que hoy en día continúa siendo el país más mortífero para activistas ambientales, de acuerdo con la ONG Global Witness.
Con toda la información recolectada y independientemente de cuán adelante Márquez pueda llegar en las elecciones de 2022, el director Mejía consideró que este relato debería ser relatado en un documental.
Le comunicé a Márquez acerca del proyecto, que su propuesta iba a ser un acontecimiento histórico y que era necesario que lo registráramos. Inicialmente, ella estaba algo escéptica, pero luego accedió», relata Mejía, quien para su cinta consiguió el respaldo de organizaciones no gubernamentales de Colombia, México y Estados Unidos.




