Era en la previa un partidazo pero en la práctica salió un partidito, un choque de un equipo que quiso y chocó y otro que se murió de hambre con la nevera llena. Francia venció a Bélgica por 1-0 en los octavos de final de la Euro 2024 y se encaminó a los cuartos sin necesidad del lucimiento de sus estrellas. De Bruyne y Lukaku y Doku y una nómina fabulosa, se fue sin animarse nunca a atacar, un retrato de la tacañería del técnico Tedesco.

El inicio era como en cámara lenta, con dos equipos mirándose, midiéndose, malgastando los primeros minutos. Hasta el 14 se acordaron del pitazo y fueron los franceses los primeros en animarse, en sendas proyecciones de Mbappé, una que se estrelló en un zaguero y se elevó, pero que para el juez no fue tiro de esquina y sí amarilla para Tchouameni, a quien se le olvidó que ahora solo el capitán puede hablarle al árbitro. Lo más movido de la primera media hora fue una aparatosa reacción del portero en el tiro libre de De Bruyne y la amarilla a Rabiot que lo sacaría de un hipotético partido de cuartos.

Respondía bien Bélgica a la pasividad francesa en defensa y adelantaba un poquito sus líneas, como quien quiere acelerar con el freno de mano activo. Koundé se compadeció del público y metió un centro a la cabeza de Thuram que se iba elevado a los 33 minutos y a los 39 se animaba con otro potente remate Tchouameni. No será gran cosa pero algo de emoción aportaba, por no mencionar que en Bélgica discutían Lukaky y De Bruyne y este último con su DT y parecía que nadie estaba conforme con lo que pasaba en la cancha.

Por fortuna vino el descanso y entonces pareció cambiar el plan, que trajo toda la pólvora de Mbappé para el complemento, con sendas ocasiones y potentes pero lejanos intentos contra el arco de Casteels. Se animaban junto a él Tchouameni y el recién llegado Kolo Muani, aportando movilidad y sorpresa. Hasta que llegó el premio al que más ambición mostró: Francia echó mano del toque, con Griezmann en el origen y Kolo Muani en la finalización, un remate que rozaba en Vertonghen y desubicaba a su portero para el 1-0. Y con eso alcanzó y Francia se instaló en cuartos de final de la Euro sin echar mano de su estelar Mbappé y a Bélgica le queda mucho, mucho por reflexionar: apostar a no perder, generalmente termina en derrota.





