Las elecciones de los Consejos Municipales de Juventud (CMJ) en Popayán dejaron un fuerte sabor a frustración. Con una participación mínima de jóvenes entre los 17 y 28 años, la jornada terminó convertida en un llamado de atención sobre la desconexión entre las nuevas generaciones y las instituciones. Sin embargo, las miradas no solo apuntan a los votantes, sino también al papel del delegado departamental, Óscar Fredy Paz, quien ha sido señalado por no anticipar ni responder a la evidente desinformación y apatía juvenil.
Delegado en el ojo del huracán
Distintos líderes estudiantiles y analistas coincidieron en que el proceso careció de pedagogía, acompañamiento institucional y difusión oportuna. “No hubo campañas previas, ni estrategias reales para motivar la participación. Fue una jornada improvisada”, aseguraron varios voceros juveniles, quienes cuestionaron directamente a Paz por su aparente falta de liderazgo frente al proceso.
La baja asistencia fue tan notoria que algunos puestos de votación permanecieron casi vacíos durante toda la jornada. Pese a ello, desde la delegación departamental no se emitieron alertas tempranas ni se implementaron medidas para revertir la situación.
“Pareciera que las autoridades solo se limitaron a cumplir con el calendario electoral, sin preocuparse por garantizar una verdadera participación ciudadana”, afirmó un observador del proceso.
Un fracaso que deja lecciones
La finalidad de los CMJ era fortalecer el liderazgo juvenil y brindar espacios reales de incidencia política. Sin embargo, los resultados evidencian un fracaso institucional que pone en duda la efectividad de las estrategias estatales para acercar a los jóvenes a la democracia.
Organizaciones sociales exigieron que el delegado departamental asuma responsabilidades por la falta de gestión y seguimiento, señalando que la apatía juvenil no puede ser excusa cuando las propias entidades no generan confianza ni convocatoria.
