En una jornada inaugural marcada por varios incidentes, este domingo 26 de enero se sumaron dos más al repertorio: un terreno de juego en pésimas condiciones y fallos en la iluminación del estadio Armando Maestre Pavajeau de Valledupar. La primera fecha dejó mucho que desear, mostrando la falta de control por parte de la Dimayor y la permisividad hacia escenarios inadecuados para la práctica profesional del fútbol.
El encuentro entre Alianza FC y el Deportivo Independiente Medellín fue discreto, algo predecible debido a las limitaciones físicas y futbolísticas propias del inicio de temporada, a lo que se sumaron las paupérrimas condiciones del campo de juego. La permisividad institucional no solo afecta el espectáculo, sino que envía un mensaje equivocado sobre la exigencia y profesionalismo del deporte en Colombia.
Para empeorar la situación, el partido tuvo que ser suspendido por algunos minutos durante el primer tiempo debido a un fallo en el sistema de iluminación del estadio. Un episodio lamentable que puso en evidencia la precariedad de los recursos en ciertas plazas del fútbol colombiano.
En lo deportivo, los goles llegaron en la segunda parte. El DIM abrió el marcador al minuto 55 con una buena definición de Luis ‘Chino’ Sandoval, quien aprovechó un tiro libre para ingresar por el sector izquierdo y batir al arquero rival. Sin embargo, al minuto 64, un insólito error del portero Eder Chaux, tras un saque de banda de Luis Pérez, permitió que Edwin Torres igualara el marcador en una jugada caótica.
El partido concluyó con un empate 1-1, resultado que dejó un sabor amargo para ambos equipos, que mostraron voluntariedad pero carecieron de fondo físico y claridad futbolística. Una primera jornada que evidencia las carencias organizativas y la necesidad urgente de establecer estándares mínimos de calidad en los escenarios deportivos del país.
