Folclor y política se dan la mano

cultura y proyección económica, impulsada por la Alcaldía y líderes comunitarios
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Bajo el ritmo vibrante de tambores y el colorido desfile de comparsas, el municipio de El Pital vivió este fin de semana su Gran Parada Folclórica, un evento que, más allá de las danzas y la música, dejó en evidencia el uso estratégico de la cultura como instrumento de integración social y proyección política. La jornada fue liderada por el alcalde Carlos Alberto Rodríguez Montealegre, junto con la Junta Central de Fiestas y la Dirección de Cultura, Educación y Deporte, a cargo de Rocío Obando Rivera.

Tradición, identidad y política

La parada folclórica reunió a comparsas de barrios y veredas, instituciones educativas, comerciantes y líderes comunitarios, que transformaron las principales calles del pueblo en una caravana multicolor. Carros alegóricos, disfraces típicos y coreografías cuidadosamente ensayadas pusieron de manifiesto la riqueza cultural de este municipio, conocido como el “Edén de Paz”.

Pero, más allá del espectáculo cultural, el evento adquirió una fuerte connotación política. Para el alcalde Rodríguez Montealegre, la fiesta se convirtió en escenario perfecto para reforzar su mensaje de unidad, sentido de pertenencia y desarrollo económico, enmarcado dentro de su plan de gobierno.

“El folclor es la esencia de nuestro pueblo, y eventos como este nos recuerdan quiénes somos, nos unen y nos proyectan hacia el futuro”, expresó el mandatario local, quien aprovechó los micrófonos para anunciar nuevas estrategias de impulso cultural y turístico, destinadas a dinamizar la economía y fortalecer el tejido social.

Activación económica y liderazgo

Uno de los objetivos centrales de la Gran Parada Folclórica fue, precisamente, generar desarrollo económico. La masiva asistencia de habitantes y turistas reactivó las ventas en establecimientos comerciales, vendedores informales y negocios locales. Desde bebidas típicas hasta artesanías y productos gastronómicos, el evento ofreció una vitrina para que la comunidad comercial de El Pital se beneficiara de la creciente afluencia de público.

“La cultura no solo es identidad, también es economía. Este evento deja recursos y oportunidades para nuestra gente”, señaló Rocío Obando Rivera, directora de Cultura, Educación y Deporte, quien ha sido clave en la organización de la agenda festiva y en tender puentes entre la administración municipal y las comunidades.

Proyección regional

La parada también se consolidó como una estrategia para posicionar a El Pital en el ámbito regional. Delegaciones artísticas de municipios vecinos, así como medios de comunicación locales, dieron cobertura al evento, proyectando una imagen positiva de orden, cultura y participación ciudadana.

La Junta Central de Fiestas, por su parte, destacó el respaldo institucional que ha permitido fortalecer las festividades tradicionales, bajo la premisa de que la cultura es un motor de cohesión social y desarrollo.

Mientras tanto, la ciudadanía Pitaleña se mostró complacida con la organización y el espíritu festivo, resaltando la importancia de mantener vivas las tradiciones, pero también reconociendo que estos escenarios se convierten en plataformas políticas donde se disputan liderazgos y simpatías.

Así, la Gran Parada Folclórica de El Pital dejó tras de sí un balance positivo en términos culturales y económicos, pero también marcó un momento clave en la agenda política local, donde folclor y gobernanza se fundieron en un mismo ritmo.


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