En medio del espectáculo natural que por estos días nos regala la temporada de floración de los árboles de nuestra ciudad, quienes visiten el Humedal Lago de la Babilla en la Comuna 22, podrán observar la primera floración y producción de semillas de un árbol de Burilico (Xylopia ligustrifolia), especie arbórea que hace menos de 20 años se encontraba al borde de su desaparición en la ciudad, y que gracias al trabajo de los técnicos jardineros del Vivero del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente, Dagma, está repoblando Cali, convirtiéndose en un símbolo de esperanza y compromiso de los caleños con la recuperación de la ciudad y la protección de su biodiversidad.
Hace poco más 20 años, el censo arbóreo permitió identificar que en el área urbana de Santiago de Cali solo contaba con un solo ejemplar de este árbol, un tesoro botánico emplazado al interior del Vivero Distrital, que por su «dependencia» simbiótica con la avifauna para la germinación de sus semillas, parecía una especie condenada a desaparecer.
Sin embargo, gracias a la dedicación y labor del equipo humano del Vivero del Dagma, hoy el burilico se está recuperando. Hoy se cuenta con más de 400 individuos arbóreos repartidos en la ciudad, de los cuales uno (Humedal Lago de la Babilla – Zanjón del Burro) por primera vez está produciendo semilla y un segundo, que se encuentra emplazado al interior de la Universidad del Valle, se encuentra en proceso de floración.
Lina Marcela Botía Muñoz, subdirectora de Ecosistemas y Umata, acompañó a ‘los Carlos’, como cariñosamente se le conoce en el Dagma a los salvadores esta especie arbórea, a cosechar el fruto de más de 20 años de trabajo.
Carlos Valencia es el jardinero que tras seis años de pruebas, ensayos y desaciertos logro hacer germinar este árbol propio del ecosistema caleño en el Vivero Distrital. Carlos Ferry, que casualmente fue el responsable de sembrar hace 11 años el árbol que hoy está entregando sus semillas, es el compañero de labores que en estos años acompañó a su tocayo en la búsqueda y recolección de semillas, para hacer los ensayos que hoy literalmente están entregando sus frutos, para evitar el riesgo de la desaparición de esta especie en Cali.
«La floración del burilico y la producción de sus frutos no solo es un espectáculo visual. También es un símbolo de esperanza y un recordatorio del compromiso de Cali con la protección de su biodiversidad», enfatizó Botía Muñoz.
El trabajo continúa
Continuar con el proceso de aumentar la cobertura vegetal de la ciudad, realizar la reposición de los individuos arbóreos que contribuyen en la adaptación de la ciudad al cambio climático a través de la mitigación las islas de calor y de ruido, sin olvidar que mejoran la calidad del aire de la ciudad, a través de la captura sustancias contaminantes, es una tarea que no se detiene en el Vivero Distrital.
En esta temporada que por las condiciones climáticas no se desarrollan actividades masivas de siembra, los jardineros y técnicos concentran su actividad en la reproducción de las plantas que serán sembradas una vez reinicie la temporada de lluvias. Además, recolectan las semillas que permiten contar con el material genético para avanzar en la renaturalización de la ciudad con especies endémicas, entre ellas individuos forestales en riesgo como el manteco y caracolí.





