El cantante argentino Fito Páez encendió un duro debate público tras expresar su opinión en contra las políticas de izquierda, un tema que ha sacudido tanto al ámbito cultural como al político en Argentina. Durante una reciente aparición mediática, Páez expresó su desencanto con los resultados de los gobiernos progresistas, asegurando que la falta de autocrítica y el estancamiento de ciertos ideales han contribuido al actual clima de polarización en el país.
“Las utopías no sirven para nada. El fracaso de las políticas de izquierda, del marxismo europeo y del americano, es fracaso de un proyecto histórico. Y decirlo ya sin pudores, cuidándose de la de la corrección política, que es otra cosa abominable de esta época: no dañés a nadie si no a ver si perdés público”, declaró Páez en entrevista con la Agencia EFE.
Las palabras del músico, conocido por su trayectoria ligada a causas sociales y posturas progresistas, sorprendieron a muchos de sus seguidores. Páez sostuvo que los proyectos de izquierda han mostrado claras señales de agotamiento y que la ausencia de una revisión interna permitió el surgimiento de alternativas políticas radicales. “No podemos seguir repitiendo fórmulas que ya no funcionan”, agregó el artista, en un tono que denotaba tanto frustración como urgencia por un cambio de rumbo.
Adrián Murano, periodista argentino conocido por sus posiciones de izquierda y defensor acérrimo de Cristina Fernández de Kirchner, aseguró que Fito Páez “se subió a una ola de derechas” y aseguró que ahora “le canta al sistema” porque, según su opinión, es “un hombre de negocios”.
Las críticas de grueso calibre en contra de Fito Páez tampoco han faltado; por ejemplo, un usuario identificado como Rodrigo Vásquez, lo insultó en Twitter (ahora X), sin la menor consideración ni relativismo: “Fito Páez no está desaprovechando ninguna oportunidad para dejar bien en claro que es una basura asquerosa”.
Fito Páez, lejos de retractarse o amilanarse ante las críticas, insistió en la importancia de la libertad de expresión y la honestidad intelectual. Defendió el derecho de los creadores a manifestar sus opiniones sin temor a represalias ni a la censura de la corrección política. “La cultura debe ser un espacio de cuestionamiento y no de complacencia”, sostuvo, invitando a otros artistas a sumarse a una conversación más abierta y autocrítica.
