Fiscalía de Brasil acusa al hijo de Bolsonaro de coacción y obstrucción de la justicia

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a Corte Suprema de Brasil ha fijado para el 21 de noviembre de 2025 el inicio del juicio contra Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente Jair Bolsonaro, quien enfrenta acusaciones por los delitos de obstrucción de la justicia y coacción. La investigación se enmarca en el proceso judicial que involucra directamente al exmandatario brasileño y busca determinar si su hijo intervino de forma indebida para influir en los procedimientos legales en curso.

De acuerdo con la Fiscalía brasileña, Eduardo Bolsonaro habría participado en gestiones realizadas en Estados Unidos con el propósito de ejercer presión política y económica sobre Brasil, con la intención de castigar al país por las acciones judiciales emprendidas contra su padre. En particular, se le atribuye haber promovido medidas de represalia que se tradujeron en sanciones y aranceles punitivos del 50% impuestos por el gobierno de Donald Trump a ciertas exportaciones brasileñas, así como restricciones contra funcionarios de alto rango.

El tribunal estará integrado por los magistrados Alexandre de Moraes, Cármen Lúcia Antunes, Cristiano Zanin y Flávio Dino, quienes deberán evaluar las pruebas recopiladas —disponibles a partir del 14 de noviembre— y emitir su voto antes del 25 del mismo mes. El proceso se considera clave para medir la independencia judicial en torno al legado político de Jair Bolsonaro y el papel de su entorno familiar en los hechos que rodearon su presidencia.

Por su parte, Eduardo Bolsonaro ha negado las acusaciones, asegurando que sus actividades en territorio estadounidense “nunca tuvieron como objetivo interferir en ningún proceso en curso en Brasil”. En declaraciones publicadas en la red social X (antes Twitter) el pasado agosto, afirmó que su labor política se ha orientado exclusivamente al “restablecimiento de las libertades individuales” en su país.

En caso de ser hallado culpable, el diputado podría enfrentar una pena de entre uno y cuatro años de prisión por el delito de coacción. Mientras tanto, las relaciones entre Brasil y Estados Unidos atraviesan un momento de tensión, aunque ambos gobiernos han manifestado su disposición a retomar el diálogo comercial y alcanzar un acuerdo bilateral que permita superar las disputas derivadas de las recientes medidas arancelarias.

Este juicio no solo tendrá implicaciones para la familia Bolsonaro, sino también para la política interna y externa de Brasil, al poner a prueba la fortaleza de sus instituciones judiciales frente a la influencia de actores políticos poderosos y los intereses internacionales vinculados a la gestión del expresidente.


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