Lyan Hortúa, el niño de 11 años que mantuvo en vilo a toda Colombia, recuperó su libertad en la noche del miércoles 21 de mayo tras 19 días de cautiverio que marcaron uno de los secuestros más conmovedores de los últimos años.
El menor fue entregado por sus captores a una comisión especial de la Defensoría del Pueblo y la Cruz Roja en zona rural de Timba, corregimiento estratégico entre el Valle del Cauca y el norte del Cauca, culminando exitosamente las gestiones humanitarias iniciadas hace casi tres semanas.
Inmediatamente después de su liberación, Lyan fue trasladado a la Clínica Valle del Lili para someterse a exámenes médicos exhaustivos que evalúen tanto su estado físico como las posibles secuelas psicológicas del traumático período en poder de grupos armados ilegales.
El emotivo reencuentro familiar se produjo tras intensas presiones ejercidas desde la Presidencia de la República, donde Gustavo Petro había calificado a los secuestradores como «esclavistas» y exigido públicamente la liberación del menor.
Esta liberación representa un alivio nacional y una victoria para las comunidades que mantuvieron movilizaciones permanentes exigiendo la libertad de Lyan, demostrando la efectividad de la presión social coordinada con las gestiones institucionales en casos de alto impacto humanitario.
