Feria de Emprendimientos del Cuidado.

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Niños del Resguardo de Paniquita brillan en Feria de Emprendimientos

Con saberes ancestrales, creatividad y liderazgo, estudiantes del Centro

La iniciativa Escuela y Café, fomenta el emprendimiento infantil, la conexión con la tierra y la formación de líderes comunitarios.

Con gran entusiasmo y compromiso, los niños y niñas del Centro Educativo Buenavista, ubicado en el Resguardo de Paniquita en el municipio de Totoró, participaron activamente en la Feria de Emprendimientos del Cuidado, un evento que reunió saberes, creatividad y amor por la tierra, y que permitió visibilizar el talento de la niñez caucana.

Durante la jornada, los estudiantes presentaron diversos proyectos desarrollados en el aula, destacando productos elaborados con elementos propios del territorio, como café, tejidos artesanales, plantas medicinales y alimentos tradicionales. Estas iniciativas nacen del programa Escuela y Café, una estrategia pedagógica que busca integrar los procesos educativos con el entorno cultural y natural de las comunidades indígenas.

La feria no solo fue un espacio para la exposición de emprendimientos, sino también un escenario de fortalecimiento identitario, donde los niños y niñas compartieron con orgullo los conocimientos heredados de sus familias y mayores, reafirmando su sentido de pertenencia y el compromiso con su comunidad.

Desde la Gobernación del Cauca, a través de la Secretaría de Educación y otros aliados, se sigue impulsando este tipo de estrategias que reconocen el papel transformador de la educación rural y promueven una formación integral. Ā«Creemos en una escuela viva, que conversa con el territorio, que reconoce la voz de los niños y que los forma como sujetos activos de su realidadĀ», expresó un representante del equipo pedagógico del programa.

El evento contó con el acompañamiento de autoridades indígenas, docentes, padres de familia y líderes comunitarios, quienes valoraron el esfuerzo de los estudiantes y reafirmaron su compromiso con una educación pertinente y con sentido. La feria dejó ver cómo el aprendizaje puede ser una herramienta para el cuidado del entorno, la recuperación de saberes tradicionales y la proyección de futuros posibles desde el territorio.

Iniciativas como esta demuestran que los niños del Cauca no solo aprenden en el aula, sino que también enseñan con su ejemplo, su creatividad y su profundo amor por sus raíces. Cada una de sus expresiones, desde los productos que elaboran hasta las historias que comparten, refleja un conocimiento vivo que se transmite de generación en generación.

Estos espacios permiten visibilizar que la infancia caucana es portadora de saberes, de sueños y de una identidad que se cultiva con orgullo. En sus manos no solo hay pequeñas creaciones, sino también grandes mensajes de resistencia cultural, de amor por la tierra y de compromiso con el futuro de sus comunidades. Al compartir lo que saben y lo que sienten, los niños se convierten en verdaderos líderes en formación, sembrando semillas de transformación en sus territorios.

Pie de página: Jorge Alberto Macias Rosero, referente ambiental.


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