Durante meses, un equipo especializado de la Policía Metropolitana de Bogotá siguió el rastro de un feminicida que intentó esconderse tras una nueva identidad. El hombre, señalado de asesinar a su pareja, Kassandra Santana Sanabria, en un motel de Engativá, cambió de apariencia, de residencia y hasta su círculo social para evadir a las autoridades.
El caso estremeció a la ciudad hace casi un año y desde entonces se convirtió en prioridad para la administración distrital. Los investigadores no descansaron: revisaron cámaras, realizaron entrevistas y recolectaron pruebas que los llevaron hasta una vivienda en el barrio El Codito, en Usaquén, donde el sujeto se refugiaba.
Uno de los uniformados que lideró la investigación contó que lo vigilaron día y noche durante más de dos semanas, documentando sus rutinas y verificando quiénes lo rodeaban. El seguimiento permitió detectar un nuevo perfil en redes sociales donde el criminal aparecía sonriente y ofrecía zapatillas deportivas.

Esa pista se convirtió en la clave. A través de un perfil falso, el investigador estableció contacto con el feminicida fingiendo interés en sus productos. Tras varios mensajes, el hombre mencionó que saldría a un bar a tomar cervezas. Esa confesión bastó para montar el operativo.
El equipo policial llegó al lugar indicado y lo interceptó sin que alcanzara a reaccionar. Así cayó uno de los delincuentes más buscados por feminicidio en Bogotá. Con este resultado, la Policía reafirma su compromiso de enfrentar el homicidio y capturar a quienes creen que pueden evadir la justicia.




