Hace diez años, el Teleférico de Las Lajas comenzó a operar, marcando un antes y un después en la movilidad hacia uno de los santuarios más emblemáticos de Colombia. Este proyecto no solo facilitó el acceso al santuario de la Virgen de Las Lajas, sino que también se convirtió en un símbolo de fe y progreso para toda la región de Ipiales y el sur del país.
La inauguración de esta infraestructura no solo representó un avance en términos de transporte, sino que abrió una nueva puerta para el turismo religioso. A través de sus cabinas, miles de peregrinos y visitantes disfrutan de un recorrido único, en el que la naturaleza andina y la presencia espiritual de la Virgen se fusionan para ofrecer una experiencia transformadora.
Durante los actos conmemorativos por el décimo aniversario, la Corporación Las Lajas rindió homenaje a todos los involucrados en la realización del proyecto. Entre los presentes estuvieron Monseñor José Saúl Grisales, obispo de la Diócesis de Ipiales y presidente de la Corporación; el padre Luis Carlos Gavilanes, rector del Santuario; así como autoridades locales y regionales.
Además de las autoridades religiosas, se destacó el papel de los aliados estratégicos como el Benemérito Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Ipiales y la Cámara de Comercio de la ciudad, quienes han apoyado este proyecto desde sus inicios. También se resaltó la importancia de los medios de comunicación y entidades financieras como el Banco Popular, que contribuyeron al éxito de la obra.
El equipo humano del Teleférico, compuesto por operarios y personal de mantenimiento, fue especialmente reconocido por su dedicación y compromiso. Según las palabras de la Corporación Las Lajas, estos trabajadores son los «guardianes» que aseguran el correcto funcionamiento y la seguridad de cada uno de los trayectos que realizan los visitantes hacia el santuario.
En su discurso, Monseñor Grisales recordó la importancia de la obra no solo en términos de movilidad, sino también como un puente espiritual. “El Teleférico es mucho más que un medio de transporte, es un espacio que conecta a los fieles con la Virgen de Las Lajas, una invitación permanente a elevar la mirada con gratitud y esperanza”, afirmó el obispo.
