Eran pasadas las 8:00 p.m. del domingo anterior, cuando la tranquilidad de la vía que conecta al municipio de Garzón con el centro poblado de La Jagua se rompió abruptamente. Un estruendo metálico, seguido del sonido angustiante de frenos, gritos y llanto, marcó el comienzo de una tragedia que terminó cobrando la vida de un joven motociclista identificado como Leonardo Macías.
Según testigos, el hecho ocurrió cuando un vehículo tipo turbo, de placas KZL-087, que presuntamente realizaba un adelantamiento en curva, invadió el carril contrario y colisionó de frente contra la motocicleta en la que se transportaba Macías.
Gravemente herido, Leonardo fue auxiliado por algunos transeúntes que alertaron a los organismos de socorro. Minutos después, una ambulancia lo trasladó con urgencia al Hospital Departamental San Vicente de Paul, donde ingresó aún con signos vitales. Su pronóstico era reservado. Médicos de turno intentaron estabilizarlo, pero la gravedad de sus lesiones internas no le dieron tregua.
Este lunes 19 de mayo, en horas de la mañana, su corazón dejó de latir. La noticia de su deceso se regó como pólvora en La Jagua, donde el joven residía, generando consternación entre vecinos, amigos y familiares que aún no comprenden cómo un trayecto tan habitual terminó en tragedia.
¿Una imprudencia?
Aunque las causas del siniestro son materia de investigación, versiones preliminares apuntan a una posible invasión del carril contrario por parte del conductor del vehículo turbo. “El carro venía adelantando en una curva, sin visibilidad. El muchacho no tenía cómo esquivarlo”, relató un testigo que presenció el accidente desde la distancia.
La Seccional de Tránsito y Transporte del Huila, encargada del caso, ya asumió la investigación para determinar el grado de responsabilidad de los involucrados y esclarecer los hechos. Entre tanto, el conductor del vehículo involucrado deberá rendir versión oficial y someterse a las pruebas técnicas y periciales correspondientes.
Luto en La Jagua
Leonardo Macías, de aproximadamente 28 años, era reconocido en su comunidad como un joven trabajador, amante de las motos y siempre dispuesto a tender una mano. Su repentina partida deja un vacío profundo en su familia y amigos, quienes preparan las honras fúnebres en medio del dolor y la impotencia.
Este nuevo caso revive el debate sobre la imprudencia en las carreteras y la necesidad de mayor control en tramos de alto riesgo como el que une a Garzón con La Jagua. La comunidad exige justicia y medidas más estrictas para evitar que tragedias como esta sigan tiñendo de sangre las vías del Huila.
