Cuando se habla de cultura marroquí, no se puede dejar de pensar que es una de las más reconocidas manifestaciones del arte árabe, con una identidad cultural y artística marcada por la influencia religiosa y las prácticas del islam, que son su ADN, así, la arquitectura de las mezquitas con sus patrones geométricos y caligrafía coránica; la música y la artesanía, en conjunto, son parte del arte islámico, explica la embajadora, que se exhiben con máximo esplendor en sus festivales y solemnes festividades como el Ramadán y la peregrinación a La Meca.
Capítulo aparte del arte marroquí, cobra vida, literalmente, en los rincones bulliciosos de los mercados, donde el aire huele a menta y especias y unidos en una delicada danza de aguja e hilo, reina el bordado marroquí: estandarte y testimonio de la rica y antigua historia y cultura del reino Marruecos; cada puntada cuenta su propia cuita y sus raíces se extienden profundamente, entrelazando hilos de tradición, identidad social y expresión artística, resalta la señora embajadora del Reino en Colombia .

El bordado marroquí, fue influenciado por la variedad de pueblos que habitaron el reino alauí, bereberes, conquistadores árabes y andaluces; en el período árabe, se elaboraban adornos lujosos y patrones opulentos para la realeza y las familias adineradas, con el tiempo evolucionó y se volvió más accesible, pero siguió siendo un indicador de estatus social e identidad regional, por eso, hoy, el bordado marroquí más que una tradición singular, es un mosaico de estilos y técnicas influenciadas por diversas culturas, la islámica, la berebere, la andaluza y la subsahariana. Los motivos intrincados y colores llamativos de los textiles marroquíes son un testimonio de esta amalgama de saberes muchos plasmados en nuestros Caftanes.
Cada tribu aporto al Bordado Marroquí, pero cada una mantuvo identidad, generando varios estilos, así el bordado Fassis de la ciudad imperial de Fez, es conocido por sus intrincados patrones geométricos; el de Tetuán, por los motivos florales y el “TARZ”, por su técnica de tejido, tan particular, se emplea en vestimentas ceremoniales y eventos importantes como bodas y porque transmite deseos de prosperidad y felicidad , es lo que más he tratado de resaltar en los eventos que asisto y en la fiesta del trono .
Marruecos, tiene climas diversos, no solo es desierto, primavera y otoño son las mejores épocas para conocer sus dos mejores perlas en el noroeste del país Alcazarquivir y Larache, ciudades testimonio viviente de la tradición artesanal, desde la intrincada carpintería hasta llegar a la fina cerámica, sus artesanos, utilizan sus manos como pinceles, para pintar un paisaje de colores, texturas y formas de lenguaje universal; sus talleres a puerta abierta, invitan a los curiosos a observar cómo, con paciencia y precisión, nacen obras de arte, que más que meros objetos; son puentes entre el pasado y el presente.
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S.E Farida Loudaya resalta que los verdaderos tesoros, no son los que se ocultan a la espera de ser descubiertos por corsarios, sino los que se conservan a la vista de todos, ofrendados por sus mecenas, por eso, no me extraña que el bordado marroquí sea el centro de la historia de amor entre el tunecino diseñador Yves Saint Laurent y la ciudad de Marrakech, legandonos, una creación plena de relatos mágicos en los que esa capital, es su musa, para que propios y andariegos disfruten de lo que el diseñador sembró en el suelo marroquí como la reforma del Jardín Majorelle, su casa abierta al público, hasta su póstumo Museo en Marruecos, por eso hoy lo estoy visitando para enlazar a Colombia con este gran patrimonio cultural , explica la embajadora .
Saint Laurent, encontró la manera auténtica de crear algo hermoso desde lo bello como una simple manifestación de la vida.
«En cada esquina de Marrakech, encuentro grupos de hombres y mujeres rebosantes de vitalidad que visten caftanes rosas, azules, verdes y malvas. Me admira constatar que esta gente, que parece sacada de un boceto de Delacroix, es en realidad, una improvisación de la vida”.
El resultado es que esta ciudad lo abrió al color, desde 1966 con su colección “Marrakech”, su genio creador partió e incluyo prendas nativas comunes kaftanes, velos, cuellos redondos, mangas grandes, túnicas , además de diferentes vestimentas masculinas que fueron reinterpretadas para la mujer, conjugando constantemente entre lo femenino y masculino, una génesis accidental del concepto “Genderless”.
Creo que este amor, dice S. E Farida Loudaya ; entre el diseñador y Marrakech, sobrevive a su partida a través de la fundación Pierre Bergé-Yves Saint Laurent, que trabaja para preservar y difundir su cultura, muestra de ello es la colección «Mujeres Bereberes de Marruecos” .
Igualmente Juan manuel Albornoz , Embajador paz , IBN tanger , y redactor de alta costura , está seguro que es una de las tantas exposiciones multicolor que resaltan con todo lujo de detalle los elementos que caracterizan a los trajes tradicionales de estas mujeres de sus Handiras, sus Haïks, sus joyas o sus cinturones, y terminan compartiendo la riqueza del patrimonio amazigh y el papel central de las mujeres bereberes en la supervivencia de su cultura, S .E. Farida Loudya , invita a los creadores y diseñadores entre otros , a visitar Marruecos para así, enriquecernos ambos países con estas manifestaciones




