Seis excomandantes del último secretariado de las FARC reconocieron ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) su responsabilidad en el reclutamiento forzado de al menos 18.677 menores de edad entre 1996 y 2006, durante el conflicto armado colombiano.
En una carta enviada a la JEP, Rodrigo Londoño (último comandante de las FARC), los senadores Julián Gallo y Pablo Catatumbo, junto con Milton de Jesús Toncel, Pastor Alape y Jaime Alberto Parra, calificaron este hecho como «una herida colectiva» y un crimen «injustificable que marcó de manera irreversible la vida de quienes fueron involucrados».
“Reconocemos con profundo dolor que el reclutamiento y utilización de niños, niñas y adolescentes fue una herida colectiva que dejó cicatrices hondas en el tejido social”, expresaron en la misiva, donde también manifestaron su disposición de contribuir con la verdad y la reparación de las víctimas.
En noviembre del año pasado, la JEP los imputó como máximos responsables de este crimen, junto con otros delitos graves como tortura, malos tratos, homicidios y violencias sexuales. El tribunal estableció que los menores reclutados fueron víctimas de violaciones, esclavitud sexual, uniones forzadas y otras formas de violencia extrema.
La Sala de Reconocimiento de Verdad determinó que los seis comparecientes participaron en las decisiones estratégicas de la organización y, en su rol como comandantes, permitieron o no evitaron la comisión de estos crímenes.
Los exjefes de las FARC aseguraron que “asumen con responsabilidad el deber de aportar a una verdad que no solo esclarezca lo ocurrido, sino que contribuya a la justicia, la reparación y la no repetición”.
Este acto de reconocimiento representa un avance en el proceso de justicia transicional y marca un paso importante en la búsqueda de reconciliación en Colombia, tras décadas de violencia que afectaron a miles de familias.




