La angustia crece con cada hora. Héctor José Urán Hernández, un hombre de quien no se tienen noticias desde hace varios días, fue visto por última vez en la Calle 48 con Carrera 1A, cerca del Centro Comercial Único, en la ciudad de Cali.
Su familia, especialmente su madre, es la última persona que tuvo contacto con él antes de que se perdiera toda comunicación. Desde entonces, no han recibido señales ni información confiable sobre su paradero.
Al momento de su desaparición, Héctor vestía un uniforme azul de área de la salud, compuesto por camisa y pantalón del mismo color. Iba solo, y no se conoce si se dirigía a su trabajo, a una cita o a algún otro destino.
Los días han pasado sin respuestas. Amigos, vecinos y allegados han iniciado una búsqueda por distintos sectores de la ciudad, difundiendo su foto y datos personales en redes sociales y grupos comunitarios, con la esperanza de que alguien pueda reconocerlo.
La familia también ha interpuesto el reporte de persona desaparecida ante las autoridades competentes, pero hasta ahora no se ha logrado ubicar ninguna pista concreta que ayude a encontrarlo.
El caso de Héctor no es aislado. En Cali, como en otras ciudades del país, los reportes de personas extraviadas han ido en aumento, lo que genera alarma entre los ciudadanos y pone de relieve la necesidad de fortalecer los mecanismos de búsqueda inmediata.
Su madre ha sido la voz más visible del clamor familiar. En medio de la desesperación, hizo un llamado a la solidaridad de la comunidad caleña: “Solo queremos que Héctor aparezca con vida. Por favor, si alguien lo ha visto o sabe algo, que se comunique con nosotros o con la Policía”.
La descripción física de Héctor también fue compartida: es de contextura delgada, piel trigueña, mide aproximadamente 1.75 metros y tiene cabello corto y oscuro. Su rostro sereno y su uniforme característico podrían ser claves para identificarlo.
Organizaciones defensoras de derechos humanos han pedido que se activen los protocolos de búsqueda urgente y que se mantenga difusión permanente de la información, tanto en medios como en redes sociales.
A la fecha, ni cámaras de seguridad del sector ni testimonios directos han permitido reconstruir sus últimos movimientos con certeza, lo que mantiene el misterio y la angustia sobre lo que pudo haberle ocurrido.
Desde el momento de su desaparición, su familia no ha dejado de insistir ante las autoridades y espera que se priorice el caso como una emergencia humanitaria.
“Cada minuto cuenta. Lo único que pedimos es que Héctor regrese a casa. Lo necesitamos, lo extrañamos, y no vamos a descansar hasta hallarlo”, dijo una de sus hermanas visiblemente afectada.




