Una crisis que impulsa a los jóvenes de El Espinal a buscar salidas en la brujería y la santería.
En el corazón del departamento de Tolima, El Espinal, uno de los municipios más grandes y tradicionales de la región, se enfrenta a un desafío creciente y alarmante: la falta de oportunidades laborales para los jóvenes ha generado una preocupación generalizada que va más allá del aspecto económico, alcanzando dimensiones sociales y espirituales. Según diversas fuentes, la ausencia de empleos dignos y sostenibles ha llevado a muchos jóvenes a buscar alternativas en prácticas como la brujería y la santería, como una «salida fácil» ante la desazón y la desesperanza que predomina en la comunidad.
Problema
El fenómeno no es nuevo, pero la crisis económica que atraviesa El Espinal ha intensificado la problemática. Con una tasa de desempleo juvenil creciente, muchos jóvenes de entre 18 y 30 años han comenzado a recurrir a estas prácticas espirituales como una forma de encontrar una solución inmediata a su situación. Aunque la conexión entre la falta de empleo y el auge de la brujería y la santería no es directa ni sencilla de medir, los testimonios de habitantes de la región revelan que la desesperación y la búsqueda de una salida rápida están llevando a más jóvenes a involucrarse en este tipo de creencias y rituales.
La situación ha generado un ambiente de alarma en la comunidad, que ve cómo sus jóvenes, ante la falta de un horizonte claro, encuentran en estas creencias la esperanza de una solución mágica a sus problemas financieros y personales. Sin embargo, el impacto de estas prácticas espirituales no es solo psicológico o social, sino que está empezando a tener repercusiones en otros aspectos de la vida cotidiana, como la seguridad y la convivencia pacífica.
Visión
En un contexto tan complejo, el concejal de El Espinal, Ferney Rojas Herrán, ha manifestado su preocupación y ha señalado que la falta de sustento económico está llevando a los jóvenes a involucrarse en actividades delictivas, como estafas y extorsiones, para sobrevivir. «El fenómeno de la brujería y la santería es solo una manifestación de una crisis más profunda. Los jóvenes no solo recurren a estas prácticas en busca de respuestas espirituales, sino que muchos están siendo empujados hacia comportamientos delictivos como una salida rápida ante la desesperación económica», explicó Rojas Herrán.
Para hacer frente a este problema multifacético, el concejal destacó la necesidad de una intervención urgente que contemple un enfoque integral que abarque tanto el aspecto social como el espiritual. A través de la creación de empleos dignos y programas de formación para los jóvenes, se busca ofrecer alternativas viables y sostenibles que les permitan forjar un futuro diferente.
Frente a esta situación, organizaciones religiosas y comunitarias también han levantado su voz de alarma. En reuniones con el sector social y familiar, se ha discutido la importancia de ofrecer un acompañamiento espiritual a los jóvenes, promoviendo un acercamiento a la fe y fortaleciendo su interior. Estos grupos destacan que, además de generar empleo, es fundamental un enfoque espiritual que ayude a los jóvenes a encontrar un propósito en la vida más allá de las soluciones rápidas que ofrecen prácticas como la brujería y la santería.



