La amenaza de un bloqueo indefinido a la doble calzada frente a la central termoeléctrica de Gensa en Paipa se convirtió en una inminente realidad, luego de que el sindicato Sintraelecol acusara a la empresa de incumplir compromisos adquiridos y de continuar desangrando los recursos del departamento de Boyacá. La tensión se disparó a raíz de una reunión celebrada este viernes en el Hotel Sochagota, donde la empresa volvió a faltar a su palabra, lo que desató la indignación de los trabajadores y representantes sindicales.
Pedro Rojas, presidente de Sintraelecol, fue enfático al señalar que las directivas de Gensa han venido dilatando el diálogo con evasivas y promesas sin sustento, mientras continúan desmantelando las operaciones en Paipa para favorecer inversiones en Caldas. “No estamos peleando por beneficios individuales. Estamos defendiendo el futuro energético y económico de toda una región. No nos vamos a dejar seguir tomando del pelo”, afirmó el dirigente, visiblemente molesto.
El conflicto se agravó cuando Gensa incumplió la entrega de información clave que debía ser presentada antes del 2 de abril, como se había pactado en la mesa de diálogo instalada el pasado 26 de marzo. Dicho espacio, promovido por la Gobernación de Boyacá y con participación de diversos actores locales y comunitarios, tenía como propósito revisar el funcionamiento de las tres termoeléctricas estatales y atender las exigencias del sindicato frente al deterioro operativo y financiero de la planta.
Sin embargo, tras la fallida reunión del 8 de abril —fecha programada para analizar los informes solicitados—, la empresa no aportó los documentos requeridos ni mostró avances en los compromisos establecidos. Esta omisión motivó al sindicato a anunciar un paro indefinido a partir del domingo 13 de abril, justo al inicio de la Semana Santa, medida que incluiría bloqueos en la vía nacional BTS.
Las declaraciones de Rojas no dejaron espacio para dudas: “Ya lo intentamos todo. Si no nos escuchan por las buenas, lo haremos bloqueando la carretera. Es triste tener que afectar a los boyacenses, pero los verdaderos responsables están en las oficinas de Gensa, donde se burlan del territorio que los mantiene”.
Desde la Gobernación se expresó molestia por el comportamiento de la empresa, que no solo habría incumplido sus promesas, sino que tampoco ha reinvertido en el mantenimiento de las unidades termoeléctricas. Además, se cuestiona el aparente traslado de recursos hacia proyectos de energía alterna en otras regiones del país, los cuales, según el sindicato, ni siquiera cuentan con estudios o trámites avanzados.
La comunidad, por su parte, comenzó a manifestar su preocupación ante los posibles bloqueos en plena temporada alta. Al menos 40 municipios podrían ver interrumpido el tránsito, lo que afectaría el comercio, el turismo y la movilidad general.
Mientras tanto, Gensa se limitó a insistir en que no hay despidos previstos y que los mantenimientos pendientes están programados, aunque reconoció que la decisión de cambiar la administración de Termopaipa no les compete directamente, sino que depende del Gobierno nacional.




