Falleció un reconocido domiciliario

Juan Felipe Carabalí Cárdenas, ultimado.
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“Fue un hombre amable, respetuoso, lleno de muchos valores. Una persona que no negaba un favor, siempre atento y servicial con las comunidades”, expresó María Torres tras conocer el fallecimiento del joven Darwin Lizz Martínez.

Deceso

La amiga agregó que su deceso se produjo en el hospital Universitario San José de la ciudad de Popayán. “Él hace días se encontraba hospitalizado debido a que sufrió un paro respiratorio como consecuencia de una pulmonía aguda que padecía. Sus padres con gran esfuerzo consiguieron dinero para que pudiera recibir un tratamiento especializado, el cual era demasiado costoso. A pesar del sacrificio hecho por sus familiares para que lograra sobrevivir, agregado al trabajo médico, todo se derrumbó cuando los galenos dieron la nefasta noticia sobre su deceso”.

Como lo recordaban

Darwin Lizz Martínez era una persona humilde que se ganaba la vida trabajando como Domiciliario en la cabecera municipal de El Bordo, Patía. “Era quien transportaba a la gente a sus sitos de trabajo, a sus hogares. Realizaba todo tipo de mandados; gracias a su forma de ser, la gente confiaba mucho en él. Trabajaba con mucha honestidad y responsabilidad”.

Donde vivía

Residía en el barrio Popular y sus padres son unos distinguidos ciudadanos quienes tienen una pequeña fábrica de todo tipo de pan. “No hay palabras para aliviar nuestra pena. Así que solo diré que el mundo sigue su curso de enseñarnos a vivir sin las personas más buenas, que Dios pone en el cielo para hacerlos nuestros ángeles de la guarda”. 

Traslado

El cuerpo de Darwin fue trasladado hasta El Bordo donde se llevó a cabo su velación y honras fúnebres. “La muerte siempre viene acompañada de congoja y un dolor profundo que no será eterno porque el tiempo servirá para aceptar lo irremediable. A su familia mucha fortaleza en estos momentos difíciles de superar. Seguiremos orando por el eterno descanso de nuestro gran amigo; un compañero que nos hizo saber que es ser un verdadero compañero. Es muy doloroso darnos cuenta de que nunca más escucharemos su risa o compartiremos una broma. Su huella quedará eternamente en nuestros corazones”.


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