Consternación y tristeza ha generado el sensible fallecimiento de Fanny Salazar de Jaramillo, la última ‘Matrona’ de la capital caucana. Para ella, los obstáculos siempre fueron un reto, un aprendizaje y la oportunidad para cambiar las cosas.
La noticia fue dada a conocer por su hijo, Juan Andrés Jaramillo Salazar: “para la sociedad payanesa, es con suma tristeza el anuncio del deceso de mi madre Fanny Salazar Grijalba viuda de Jaramillo, nacida el cinco de agosto del año 1922; falleció a sus 101 fructíferos años de edad”.
De acuerdo a lo establecido por un periodista local: “ella fue reconocida por ser una magnífica comerciante con su icónica tienda sobre la carrera 10, donde se vendían: los estropajos, el jabón de la tierra, las alpargatas, sombreros de paja y todos los dulces, bocadillos y mecato payanes, que con sus laboriosas manos produjo y exhibió en la mesa y los estantes de su original tienda, complaciendo y deleitando los caprichos y paladares de los payaneses”.
Debido a toda su trayectoria de vida, fue homenajeada en vida en el Concejo Municipal de Popayán, con ‘El Escudo de la muy Noble y Leal Ciudad de Popayán’, a esta admirada ‘Matrona’, Fanny Salazar Grijalba, por dejar un inmenso y significativo legado para las nuevas generaciones de payaneses.
Hace 101 años nació Fanny Salazar de Jaramillo, desde muy joven sus padres le enseñaron las labores de ganarse la vida a través del trabajo, comenzando desde los seis años a traer y llevar los encargos de su madre que no eran pocos y a transitar entre Popayán y Cali, en la Estación de Ferrocarril de la época.
Sus exequias fueron ofrecidas por la Funeraria Los Laureles, “se ofreció un réquiem en San Francisco y su alma y su espíritu esta ahora trascendiendo al encuentro con sus dos hijos amados, y el resto de la familia que la acogen con sus brazos al descanso final al reencuentro con la luz y las dimensiones que son la verdadera vida”.
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