“A pesar de su discapacidad física, Juan José Loboa Morales se caracterizó por su alegría y las ganas de vivir. Siempre lo veíamos luchando para superar todo tipo de obstáculos; su sueño era salir bachiller y convertirse en un gran profesional. Pero todas esas intenciones se vieron frustradas tras su inesperada partida a la eternidad”, expresó Edward Mina.
Otros amigos indicaron que ‘Juanjo’ como le decían o llamaban de manera cariñosa era un joven muy dinámico, cariñoso y amable. “Su rostro radiaba mucha ternura, lo que hizo que las personas que lo llegaron a conocer le brindaran todo su apoyo. A pesar de su juventud, quería manejar su discapacidad de manera independiente para de esta manera facilitar su integración al medio social y mejorar su calidad de vida”.
El compañero agregó que ‘Juanjo’ era una persona muy inteligente. “En medio de las charlas indicaba que el haber nacido con la discapacidad no debía convertirse en una limitante, o en algo que impidiera su desarrollo. Señalaba que él como cualquier otro ser humano tenía los mismos derechos para tener una vida digna y de calidad”.
Su cuerpo fue velado en su lugar de residencia en compañía de varios compañeros y demás dolientes. Luego, se ofició una misa en memoria de su alma; concluida la eucaristía, sus restos mortales fueron conducidos hasta el Campo Santo ubicado entre calle 3 con carrera 16 del municipio de Villa Rica, norte del Cauca donde le dieron su último adiós.




