Este jueves 22 de mayo se confirmó el fallecimiento de Carmenza Duque, una de las voces más emblemáticas de la música popular colombiana. La artista, nacida en Manizales el 17 de marzo de 1951, murió a los 74 años en la ciudad de Miami, donde residía desde hacía varios años. Las primeras informaciones indican que la causa de su deceso habría sido una pancreatitis aguda, aunque también se contempla la posibilidad de un infarto.
Carmenza Duque dejó una profunda huella en la cultura musical del país. Su potente y emotiva voz conquistó al público con temas inolvidables como el que interpretó en la telenovela La potra zaina, uno de los más reconocidos en la televisión colombiana. Asimismo, su participación en la película El niño y el papa, donde le cantó al papa Juan Pablo II, marcó un hito en su carrera y la proyectó internacionalmente.
Durante los últimos meses, la salud de la artista se había visto fuertemente afectada. Su hija, María Francisca, reveló que Carmenza enfrentó un delicado cuadro médico desde 2023, año en el que sufrió un paro cardíaco y dos infartos. A pesar de su fortaleza, su estado siguió deteriorándose, y hace apenas cuatro días fue hospitalizada por una pancreatitis, complicación que agravó su ya frágil condición.
La noticia de su muerte ha generado gran pesar en el mundo artístico y entre sus seguidores, quienes han recordado con cariño su talento, carisma y contribución al arte colombiano. “Se va una voz que nos marcó a todos”, han escrito en redes sociales muchos de sus admiradores, mientras otros comparten fragmentos de sus canciones como homenaje a su legado.
Carmenza Duque no solo fue una cantante excepcional, sino también un símbolo de perseverancia y pasión por la música. Su trayectoria es recordada con respeto y admiración por generaciones que crecieron con sus interpretaciones llenas de sentimiento.
Su partida deja un vacío en la música popular colombiana, pero su legado seguirá vivo en cada canción, en cada escena, y en la memoria de quienes la escucharon y la amaron. La voz de Carmenza Duque se apagó, pero su arte perdurará como parte esencial del patrimonio cultural del país.




