En las serpenteantes carreteras que enlazan Otanche con Puerto Boyacá, la fatalidad marcó su presencia, arrebatándole la vida a Mauricio Agudelo, de 33 años.
El desgarrador suceso se desencadenó mientras Agudelo, dedicado trabajador en fincas de la región, se desplazaba en su motocicleta por la del municipio. En un tramo de esa ruta, por motivos aún desconocidos, Agudelo experimentó la pérdida del control de su vehículo, llevándolo a una colisión infortunada aparentemente contra un robusto árbol.
Conmoción
El hombre fallecido, padre de dos pequeños, deja un doloroso vacío en su familia y en la comunidad local, que lamenta la repentina partida de este trabajador incansable. Sin embargo, la tragedia no termina con el accidente, ya que la comunidad denunció con pesar que las autoridades tardaron al menos 10 horas en realizar el levantamiento del cuerpo.
La desesperación y la indignación de la población alcanzan su punto máximo al señalar la ausencia de claridad y responsabilidad en torno a la vía que conecta Otanche. Un denunciante, expresando la frustración compartida, enfatizó: «Todas las entidades públicas se tiraron la pelota, y a nadie le compete esa vía». Este desconcierto refleja un problema sistémico que ha generado incertidumbre y desconfianza entre los residentes.
Petición a las autoridades
El incidente trágico con Mauricio Agudelo resalta la urgencia crítica de abordar las deficiencias en materia de seguridad vial en la mencionada vía.
La pérdida de una vida valiosa se ha convertido en un llamado angustioso para que las autoridades asuman la responsabilidad y establezcan medidas concretas que prevengan futuros eventos lamentables. La comunidad, ahora marcada por la tristeza y el pesar, exige respuestas claras y acciones inmediatas para garantizar que tragedias como estas no se repitan.
La seguridad en las carreteras se vuelve una prioridad imperante, no solo para evitar pérdidas irreparables, sino también para restaurar la confianza y la tranquilidad en
esta comunidad afectada.
