En un golpe inesperado para la comunidad educativa y el municipio de Granada, se conoció en las últimas horas el fallecimiento de Luis Alberto Morales Urrego, un hombre cuyo nombre se asocia con el progreso y la dedicación a la enseñanza en la región. Luis Alberto, quien dirigió durante varios años la Institución Educativa José Antonio Galán, ubicada en el centro poblado de Aguas Claras, dejó este mundo dejando un legado difícil de igualar.
Legado
Luis Alberto Morales Urrego no fue un director cualquiera. Desde su llegada a la institución, su visión trascendía las aulas; soñaba con una escuela que fuera más que un lugar de aprendizaje, un verdadero refugio para los jóvenes, un espacio en el que la educación se convirtiera en el motor de transformación social. Bajo su liderazgo, la Institución Educativa José Antonio Galán experimentó significativos avances, tanto en la calidad educativa como en la infraestructura.
Dolor
El director Morales, como cariñosamente lo llamaban sus estudiantes y colegas, siempre se mostró como un defensor incansable de los derechos de los niños y jóvenes a recibir una educación integral, que no solo los preparara para enfrentarse al mundo laboral, sino también para ser ciudadanos comprometidos con su entorno. Durante su gestión, impulsó numerosos proyectos que buscaban mejorar la calidad de la enseñanza y ampliar las oportunidades para los estudiantes de Aguas Claras, muchos de los cuales provienen de comunidades vulnerables. Bajo su dirección, la institución vio nacer iniciativas enfocadas en el fortalecimiento de la ciencia, la tecnología y el medio ambiente, así como programas de bienestar estudiantil que priorizaban la salud mental y el desarrollo emocional de los




