Los niveles de libido en las mujeres pueden variar a lo largo de la vida y se relacionan con múltiples factores. Entre ellos se destacan los procesos hormonales, el consumo de medicamentos, los hábitos de vida y algunas enfermedades crónicas.
De acuerdo con la Mayo Clinic, el deseo sexual está influenciado por el bienestar físico y emocional, las experiencias personales, las creencias y la calidad de la relación de pareja. Sin embargo, existen también causas físicas que pueden reducir notablemente la libido.
Algunas de ellas son las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el cáncer, la hipertensión arterial y ciertos trastornos neurológicos. A esto se suman los efectos secundarios de algunos medicamentos, como los antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina.
Además, el consumo excesivo de alcohol o drogas puede disminuir el deseo sexual, al igual que la fatiga o el cansancio prolongado. Incluso algunas cirugías estéticas relacionadas con las mamas o el área genital pueden afectar la libido femenina.
Los cambios hormonales también juegan un papel clave. Durante la menopausia, la disminución del estrógeno puede reducir el deseo sexual. En el embarazo y la lactancia, las alteraciones hormonales, el cansancio y la atención al recién nacido pueden provocar una baja temporal en la libido.
Los especialistas recomiendan consultar con un médico cuando esta situación afecta la calidad de vida o las relaciones personales, para identificar las causas y buscar un tratamiento adecuado.




