Una emergencia se registró en el corregimiento de Catambuco, zona rural de San Juan de Pasto, luego de que una vivienda resultara afectada por una fuerte explosión provocada por una fuga de gas doméstico. El estallido ocurrió en la madrugada, despertando a los vecinos con un estruendo que alarmó a toda la comunidad. Los residentes, al salir de sus casas, encontraron una escena devastadora: la fachada de una vivienda parcialmente colapsada, llamas aún visibles y gritos de auxilio.
Los Bomberos Voluntarios de Pasto llegaron rápidamente al lugar, logrando controlar las llamas que amenazaban con propagarse a casas cercanas. Según informaron, dos jóvenes que residían en la vivienda resultaron heridos con quemaduras de segundo grado en rostro, brazos y tórax. Ambos fueron trasladados de urgencia al Hospital Departamental, donde permanecen estables bajo observación médica. Las autoridades indicaron que el cilindro de gas tenía filtraciones que habrían sido detectadas días antes, pero no se atendieron a tiempo.
Los vecinos de Catambuco denunciaron la falta de controles técnicos en la zona rural, donde la mayoría de familias utiliza cilindros de gas sin regulación ni mantenimiento frecuente. “Vivimos con miedo. Nadie inspecciona, nadie capacita, y cuando pasan estas tragedias, solo se habla un par de días y se olvida”, dijo una habitante afectada. Esta explosión reaviva el debate sobre la necesidad de políticas de seguridad domiciliaria en sectores apartados del casco urbano.
La Alcaldía Municipal anunció una jornada de inspecciones a instalaciones de gas y programas de capacitación comunitaria. “Vamos a reforzar la supervisión técnica y generar brigadas educativas para prevenir nuevas emergencias. La seguridad de nuestros ciudadanos es una prioridad”, expresó el secretario de Gestión del Riesgo. Las entidades de socorro han reiterado la importancia de verificar la vida útil de los cilindros, instalar detectores de gas y evitar conexiones caseras improvisadas.
Por ahora, la vivienda afectada permanece acordonada y bajo evaluación estructural, mientras que los afectados reciben atención médica y acompañamiento psicológico. La comunidad espera que esta tragedia sea el detonante de una intervención más robusta del Estado en sectores rurales, donde el riesgo por mal manejo de recursos energéticos es cada vez más alto.




