El sur del Valle del Cauca se encuentra en máxima alerta tras una serie de violentos ataques dirigidos contra la fuerza pública en las últimas horas. En la madrugada de este miércoles, un carro bomba fue detonado en el corregimiento de Robles, en Jamundí, mientras que más tarde se reportó un intenso tiroteo en la estación de Policía de Dagua. Ambos hechos ponen de manifiesto el creciente nivel de violencia y la presión armada que enfrenta la Fuerza Pública en esta región del país.
El estallido del carro bomba en Jamundí generó pánico en la comunidad, cuyas viviendas cercanas fueron sacudidas por la onda expansiva. Afortunadamente, no se reportaron víctimas ni daños significativos en la infraestructura, aunque las autoridades confirmaron que el objetivo del ataque era claro: intimidar y presionar a la fuerza pública en la zona. Inmediatamente después de la explosión, unidades del Ejército y de la Policía acordonaron el área y comenzaron las investigaciones para esclarecer el origen del atentado.
Horas después, en Dagua, hombres armados atacaron a la estación de Policía local. Según la información del Departamento de Policía Valle, los disparos, que se prolongaron por unos 30 minutos, fueron realizados con fusiles de alto calibre, pero, afortunadamente, no hubo heridos entre los uniformados ni entre los civiles. La situación en Dagua permanece tensa, y las autoridades han reforzado la seguridad en el área ante el temor de nuevos ataques. Se ha confirmado que en la zona opera el Frente Jaime Martínez, una estructura del autodenominado Estado Mayor Central, que mantiene presencia en varios municipios del Valle del Cauca.
Estos dos ataques se suman a otro atentado registrado el lunes 15 de abril en Potrerito, Jamundí, donde un artefacto explosivo artesanal fue lanzado contra una patrulla militar. La explosión dejó cuatro soldados heridos, quienes, tras ser atendidos, se encuentran en estado estable. Este ataque también ha sido atribuido al Frente Jaime Martínez, y es parte de una serie de agresiones contra la Fuerza Pública que han aumentado en la región en los últimos meses.
El brigadier general Juan Oduber Rendón Pérez, comandante de la Tercera Brigada del Ejército, condenó el ataque en Potrerito, calificándolo como «una acción cobarde que atenta no solo contra nuestros hombres, sino contra la estabilidad de toda la comunidad». Las autoridades están trabajando de manera conjunta con la Fiscalía para identificar y judicializar a los responsables de estos atentados.
Este patrón de violencia refleja la creciente tensión en el Valle del Cauca, especialmente en zonas estratégicas como Potrerito, que es disputada por varios grupos armados ilegales debido a su ubicación clave para el tráfico de armas y drogas.
La situación en la región ha alcanzado una nueva dimensión con la explosión ocurrida en Mondomo, Cauca, el jueves 17 de abril, que dejó al menos una persona muerta y más de 20 heridas. Las autoridades investigan si este atentado guarda relación con los ataques registrados en el Valle del Cauca.
En medio de esta escalada de violencia, las autoridades hacen un llamado a la población para que mantenga la calma y colabore con las investigaciones, mientras que la fuerza pública redobla esfuerzos para garantizar la seguridad en las zonas afectadas.




