Arthur C. Brooks, una de las voces con mayor autoridad en el estudio de la felicidad y las relaciones humanas en todo el mundo, reveló uno de los enigmas más anhelados por los enamorados: las razones que permiten a una pareja durar en unión por mucho tiempo, incluso hasta el final de sus vidas.
Brooks, profesor en Harvard Kennedy School y Harvard Business School, ha tenido una carrera multidisciplinaria: es músico profesional, académico y escritor. Sus planteamientos combinan ciencia, experiencia y espiritualidad, lo que le ha permitido tener una visión clara y profunda acerca de la construcción personal y el manejo de las emociones.
En entrevista con el también escritor Peter Attia, canadiense, Brooks como experto abordó el tema de la felicidad duradera de la vida en pareja, especialmente en cómo se sortea el llamado “síndrome del nido vacío”, abrumadora carga que surge cuando los hijos se hacen grandes y abandonan el hogar.
“La clave, y esto es uno de los aspectos más importantes para una vida feliz, es una relación con alguien que será la última persona en la que posarás tus ojos al morir. Eso es realmente muy importante: un amor de compañía, como el de tu esposa. Eso es todo lo que resulta ser mucho más indicativo de tu felicidad, que desarrollar y mantener una relación continua con tus hijos, porque tus hijos se transforman en personas diferentes cada año”, sostuvo Brooks.
Una buena amistad, obvio
De acuerdo con el experto, la verdadera felicidad en el amor de pareja se basa en la construcción de una amistad profunda que trascienda la pasión inicial. Esta amistad auténtica es la que sostiene la relación en el tiempo, incluso cuando cambian las circunstancias, como el crecimiento de los hijos o las dificultades cotidianas.
En ese orden de ideas, Brooks diferencia entre dos conceptos que erróneamente se asocian como similares: el aislamiento y la soledad.
“Puedes sentirte solo en una relación. Puedes, y puedes estar en soledad y no sentirte solo del todo. Uno de los mayores predictores de divorcio es que las parejas que se sienten solas mientras viven juntas, y este es el gran peligro del síndrome del vacío: lo único que tienen en común son sus hijos, y ese punto en común desaparece, y terminan sentados frente a frente, mirándose fijamente durante la cena, sin hablar, porque literalmente no tienen nada de qué hablar. Eso es realmente terrible para una relación. Por eso es crucial que las parejas tengan algo en común además de sus hijos: que practiquen su religión juntos, que tengan intereses juntos, que lean lo mismo, que compartan el mismo camino filosófico”, sostuvo el especialista.
Comprender el enamoramiento
Otro aspecto clave considerado por Brooks, en la tarea de manejar las emociones, es la comprensión de las etapas neuroquímicas del enamoramiento. En una entrevista para el pódcast Modern Wisdom, con Chris Williamson, explicó que el proceso comienza con la atracción física, impulsada por hormonas como la testosterona y el estrógeno, seguida por la euforia y la anticipación, mediadas por neurotransmisores como la dopamina.
Con el tiempo, sostiene Brooks, el amor madura hacia un vínculo profundo basado en la confianza y la amistad, que es la clave para la durabilidad de la relación.
«Comprender esta cascada neuroquímica permite a las personas no ser prisioneras de sus impulsos ni de traumas pasados», afirmó Brooks.
Respeto y honestidad
La comunicación abierta y respetuosa es, según Brooks, otro pilar esencial en una relación duradera. Un peligro, advierte, es el riesgo del desprecio motivado en la asimetría motivacional en la pareja, donde uno siente que ama más que el otro, lo que puede erosionar el vínculo.
En la entrevista con La W, señaló que «gestos como rodar los ojos son señales de desprecio, uno de los principales destructores del amor duradero». Por eso, cultivar la empatía y el diálogo sincero es vital para superar conflictos y fortalecer la relación.
Compartir intereses
Brooks resalta también la importancia de compartir proyectos e intereses comunes, que alimentan la complicidad y el sentido de propósito conjunto. Dicho compartir va más allá de la rutina diaria y las responsabilidades familiares, convirtiéndose en el motor que impulsa la felicidad compartida.
«La felicidad llega cuando te ocupas de lo que puedes afectar y te entregas en lo que no puedes controlar”, asegura el experto.
El apoyo incondicional en los momentos difíciles es otro ingrediente clave para la felicidad en pareja. Sentir que alguien nos sostiene emocionalmente genera seguridad y bienestar, elementos esenciales para una relación saludable y duradera.
Brooks enfatiza que la felicidad en el amor es un compromiso activo de acompañamiento y crecimiento mutuo, no solo un sentimiento pasajero.
Las claves, en síntesis
En resumen, las claves para la felicidad que se exprese en un amor duradero, según Arthur Brooks, son: la amistad profunda, la comprensión de las etapas del amor, el respeto mutuo, una comunicación sincera, el propósito compartido y el apoyo incondicional.
Según su criterio, todos estos elementos juntos transforman el amor en una fuente auténtica de plenitud y crecimiento.



