El exparamilitar Pablo Hernán Sierra, quien fue comandante del bloque Cacique Pipintá de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), volvió a hacer graves señalamientos públicos al afirmar que la Hacienda Guacharacas, propiedad de la familia del expresidente Álvaro Uribe Vélez, habría sido utilizada como la primera base de operaciones paramilitares en Antioquia.
«Desde esa finca se organizó la estructura inicial. Fue allí donde comenzó la expansión del paramilitarismo en esa región», dijo Sierra en una declaración grabada desde prisión, difundida a través de redes sociales. El exjefe armado purga una condena por delitos relacionados con su papel en la guerra sucia en el occidente del país.
No es la primera vez que Sierra hace este tipo de afirmaciones, pero su insistencia ha generado nuevo eco en medios y entre defensores de derechos humanos, que consideran que debe haber un seguimiento judicial exhaustivo para determinar si existen pruebas que respalden dichas denuncias.
El expresidente Álvaro Uribe ha rechazado reiteradamente estos señalamientos, asegurando que se trata de acusaciones infundadas de personas condenadas que buscan beneficios judiciales. “Jamás he tenido relación con grupos armados al margen de la ley. Siempre combatí el narcoterrorismo y el paramilitarismo”, ha dicho en múltiples ocasiones.
Organismos como la Comisión de la Verdad ya habían documentado versiones similares durante sus investigaciones sobre el conflicto armado, pero hasta la fecha no existe una decisión judicial que comprometa formalmente al expresidente en estos hechos.
Por ahora, estas declaraciones reavivan un debate de larga data en Colombia sobre los vínculos entre actores políticos, económicos y estructuras armadas ilegales durante los años más intensos del conflicto, especialmente en regiones como Antioquia.
Analistas políticos y juristas han coincidido en que la única forma de esclarecer definitivamente estas acusaciones es a través de investigaciones imparciales, pruebas contundentes y justicia transicional efectiva, que logre diferenciar entre versiones, verdades y responsabilidades reales.



