Las recientes declaraciones del diputado Víctor Armero Hernández han arrojado luz sobre una problemática crítica en el departamento del Cauca: la proliferación de «elefantes blancos», proyectos de infraestructura que han quedado estancados bajo la supervisión de una Secretaría de Infraestructura que parece haber perdido su rumbo. La situación del Colegio del Mango se ha convertido en un símbolo doloroso de esta crisis, con una obra que lleva casi una década sin concluirse.
El Colegio del Mango ha sido escenario de frustración para generaciones enteras de estudiantes, que han pasado sus años escolares en aulas temporales que ya cumplen diez años de existencia. Armero Hernández enfatiza la ironía de que los niños que inicialmente se emocionaron con la promesa de un nuevo colegio hoy son padres de familia, sin que la obra haya visto su finalización. Esta realidad despierta cuestionamientos sobre la gestión y el compromiso de las autoridades con la educación.
Interrogantes
Durante una reciente visita al Plateado, el Gobernador del Cauca también pudo constatar el deplorable estado del Colegio del Mango, expresando su molestia por la discrepancia entre los informes oficiales y la realidad en el terreno. La falta de correspondencia entre lo reportado y lo vivido por la comunidad plantea serias interrogantes sobre la transparencia y efectividad de la comunicación dentro de la Secretaría de Infraestructura.
Las excusas tradicionales, como el orden público, las condiciones climáticas o los estudios de suelo, han dejado de ser válidas tras una década de retrasos y promesas incumplidas. Armero Hernández exige un plan de acción inmediato y concreto para la culminación del Colegio del Mango y de otros proyectos inconclusos que han afectado a la comunidad. Es un llamado a la acción que busca garantizar que los recursos públicos se utilicen de manera efectiva y responsable.
Además, se hace un llamado a la Secretaría de Infraestructura Departamental para que implemente una mayor transparencia en su gestión. Esto incluye un cambio radical en la actitud y disposición de los funcionarios hacia el control político y las necesidades de la comunidad, así como una rendición de cuentas detallada sobre el estado actual de todos los proyectos de infraestructura en el departamento. La comunidad exige respuestas y soluciones inmediatas para recuperar la confianza en sus instituciones.
Esta realidad despierta cuestionamientos sobre la gestión y el compromiso de las autoridades con la educación.
