Mientras en la cabecera municipal de Mercaderes se celebraban los carnavales de Blancos y Negros, los habitantes de las zonas rurales alzaron su voz de descontento frente al abandono en que se encuentran las vías de su región. Denuncian que, tras un año de gestión de la administración liderada por Edilson Gómez Balanta, no se han evidenciado avances significativos en el mejoramiento de las carreteras. Según los pobladores, las autoridades locales han respondido con excusas y no con acciones concretas para resolver esta problemática.
Líderes comunitarios señalan que las vías están en condiciones deplorables y que la administración ha solicitado recursos directamente a las comunidades, como dinero para gasolina y balastro, pese a que, según los habitantes, hay fondos municipales destinados a otros fines. “La administración municipal pide plata para la gasolina y el balastro, pero para otras cosas sí hay dinero”, expresó uno de los líderes en tono crítico. Estas prácticas han generado un profundo malestar entre los pobladores, quienes consideran que las prioridades de la administración no están alineadas con las necesidades urgentes de las zonas rurales.
Prioridades
La falta de avances ha puesto en el centro del debate a los concejales y líderes de la cordillera, quienes, según los habitantes, no han dado la importancia debida a la mejora de las infraestructuras viales. Las comunidades argumentan que estas vías son esenciales para el desarrollo económico y social de la región, por lo que resulta incomprensible que no se les haya dado prioridad. “La gente se está cansando, no se ve nada”, exclamaron los habitantes, reflejando un creciente sentimiento de frustración.
Ante esta situación, los residentes hacen un llamado urgente a las autoridades municipales para que escuchen sus peticiones y ofrezcan soluciones prontas y efectivas. Consideran que la movilidad y el bienestar de las comunidades rurales no pueden seguir siendo postergados, y exigen que se tomen medidas concretas que respondan a sus necesidades, antes de que la desesperación se convierta en un estallido de inconformidad más amplio.




