EXIGEN SOLUCIONES 

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 Avellaneda denunció afectaciones por volquetas y operaciones sin permisos de una empresa.

La calma de las veredas Santa Isabel y El Hobo, en el municipio de San Luis, se vio interrumpida por una manifestación pacífica que adelantan los habitantes contra una empresa dedicada a la comercialización de material de arrastre. Según denuncias de la comunidad, la compañía estaría operando sin los permisos ambientales correspondientes, situación que ha generado gran inconformidad entre los residentes de la zona rural.

Los manifestantes aseguran que la falta de regulación ha traído graves consecuencias, tanto en la infraestructura vial como en la salud de las familias. El tránsito constante de volquetas deteriora la carretera y levanta nubes de polvo que ingresan a las viviendas, afectando a niños, adultos y ancianos. Ante este panorama, la comunidad exige que las autoridades competentes, como Cortolima, intervengan con urgencia para verificar la legalidad de las operaciones.

La molestia de los habitantes no es reciente. Armando Avellaneda, residente del sector, explicó que desde hace meses se buscó un diálogo directo con los representantes de la empresa. Entre las peticiones figuraban compromisos básicos como el riego de la vía para mitigar el polvo, el mantenimiento de la carretera y el cumplimiento de horarios establecidos para el paso de los vehículos pesados. Sin embargo, la falta de respuestas y soluciones concretas llevó a que las veredas decidieran movilizarse.

Los pobladores sienten que sus reclamos han sido ignorados y que las autoridades municipales tampoco han tomado acciones contundentes frente al problema. La manifestación, aseguran, no es un acto aislado, sino la consecuencia del cansancio acumulado por las promesas incumplidas.

En medio de la protesta, los habitantes recalcan que no buscan confrontaciones violentas, sino garantías de bienestar y respeto a sus derechos. Consideran que el paso desmedido de volquetas no solo amenaza la salud pública, sino que también genera un riesgo de accidentes en una vía que ya se encuentra en mal estado.

La comunidad espera que esta movilización sirva como un campanazo de alerta para las entidades responsables, pues el malestar crece cada día. “No podemos seguir soportando el polvo, los daños y la indiferencia”, expresó Avellaneda, quien reiteró el llamado urgente para que la situación se resuelva antes de que se agrave.


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