Jorge Quintero tenía 17 años y un sueño sencillo: ser un barbero profesional. Según sus familiares, dedicaba su tiempo libre a aprender cortes de cabello y planeaba alistarse al Ejército en cuanto cumpliera la mayoría de edad. Vivía con su familia en el asentamiento Villa Magdalena, una zona humilde de Neiva, donde la inseguridad es pan de cada día. Pero nada hacía presagiar que, en la madrugada del domingo, ese sueño se apagaría para siempre tras recibir varios impactos de bala, presuntamente por parte del escolta del concejal de Campoalegre, Cristian Calle.
“Están manchando su nombre”
Vanessa y Andrés Camilo, hermanos del joven fallecido, relataron con voz entrecortada que lo único que desean es justicia y que el nombre de Jorge no sea mancillado. “Mi hermano no era ningún sicario. No tenía antecedentes, nunca estuvo en una correccional, ni en el Bienestar Familiar. Era un niño que soñaba con trabajar dignamente”, señalaron.
La molestia de la familia se agudizó luego de escuchar las declaraciones públicas del concejal, quien, a través de redes sociales, aseguró que había sido víctima de un atentado por parte de dos sujetos. Según los familiares, esto no solo es falso, sino que pone en peligro la memoria y honra de su ser querido. “¿Cómo va a decir que fue un atentado si él mismo nos escribió diciendo que no tenía nada que ver con eso? Se contradice todo el tiempo”, cuestionó Vanessa.
Silencio y miedo
Hasta el momento, ni la Policía Metropolitana de Neiva ni la Fiscalía han emitido un pronunciamiento claro sobre lo sucedido. La familia asegura sentirse insegura y sin respaldo institucional. “No nos han dicho quién disparó, no han mencionado al escolta, no hay claridad. La Policía no nos da garantías. Sentimos que solo la Fiscalía puede tomar cartas en el asunto”, dijo Andrés Camilo.
Además, los hermanos denuncian que hasta ahora no han recibido el informe oficial de Medicina Legal ni del dictamen balístico que determine con exactitud cuántos disparos recibió Jorge. “Mi papá y la esposa de mi hermano vieron el cuerpo. Fueron más de cuatro disparos, uno en la espalda, varios en las piernas y, al parecer, uno en la cabeza”, revelaron.
Súplica por justicia
El clamor de la familia es uno solo: que se aclare lo sucedido. “Nosotros solo pedimos que esto no quede impune. Que, si hay cámaras, se revisen. Que, si alguien vio algo, que hable. Pero, sobre todo, que quienes tienen el poder no manipulen la verdad”, exclamó Vanessa.
Para los Quintero, la muerte de Jorge no puede ser tratada como un hecho más en las cifras de violencia. “Era un joven humilde, trabajador. Si cometieron un error, que lo reconozcan. Pero que no manchen su nombre para salvar el de alguien con poder”, concluyeron.
