El accidente ocurrido el pasado viernes en el barrio Jordán Segunda Etapa de Ibagué, protagonizado por un agente de tránsito, sigue generando polémica. El conductor implicado fue identificado como Joan Sebastián Rodríguez Rocha, quien, según testigos, presentaba signos de alicoramiento cuando habría embestido a una motociclista. El vehículo involucrado es un automóvil de placas NYZ-200.
Tras el hecho, se indicó que el agente sería trasladado a la clínica Asotrauma para la práctica de la prueba de alcoholemia, sin embargo, hasta el momento no hay confirmación oficial de que dicho procedimiento se haya llevado a cabo, lo que genera serias dudas sobre el cumplimiento del protocolo.
El abogado Luis González, representante legal de LFG Asesores Jurídicos, cuestionó el aparente retraso. “Debe esclarecerse la hora exacta en que se aplicó la prueba y cuánto tiempo se dejó pasar desde el accidente. Si no se hace dentro del tiempo reglamentario, podría aplicarse la sanción más alta: grado tres de alcoholemia, con multa de 45 millones de pesos y suspensión inmediata de la licencia”, explicó.
González también manifestó preocupación por la presencia de varios agentes en la clínica. “Solo deben estar dos funcionarios: uno para operar el equipo y otro para firmar el acta. Ver a cinco es sospechoso”.
El jurista exigió que se actúe con transparencia y que no haya privilegios por tratarse de un funcionario público.
