Las recientes declaraciones del exsenador y miembro del M-19, Everth Bustamante, han desatado un nuevo episodio de tensión con Gustavo Petro y su entorno íntimo. En su libro Rebeldía, armas y democracia, Bustamante asegura que, en una etapa en la que Petro era representante a la Cámara, encontró en su apartamento de Bogotá a su entonces esposa —quien hoy se identifica como Mary Luz Herrán— con un arma, lista para dispararle. Según él, la expareja del presidente habría puesto en riesgo su vida en un momento en que Petro regresó a casa “en condiciones deplorables” frente a sus hijos.
La versión de Mary Luz Herrán
Herrán, por su parte, ha refutado categóricamente esas acusaciones en una entrevista con Semana. Asegura que lo relatado por Bustamante “es falso” y va más allá: lo tilda de “calumnia”. Según su testimonio, desde que se desmovilizó del M-19, nunca volvió a tener un arma de fuego.
Ella describe que, tras salir de la cárcel distrital de Ibagué, Petro fue quien la recogió y con quien empezó una convivencia en un apartamento dúplex (ubicado en la Carrera 11 nº 61-60), donde nacieron sus hijos Andrea y Andrés. Contrario a lo dicho por Bustamante, afirma que nunca vivieron en la dirección que él menciona (Carrera 8, calles 59-60) ni en las condiciones violentas que él describe.
Respuesta y acciones futuras
Mary Luz Herrán ha anunciado que le solicitará formalmente a Everth Bustamante una retractación pública o que presente pruebas concretas de sus afirmaciones. En sus propias palabras: “Que lo pruebe, que lo demuestre; reitero, no es cierto. Qué barbaridad. Es gravísimo.”
Para ella, las acusaciones de Bustamante no solo dañan su reputación, sino que también cuestionan valores familiares: “Eso indica que no hay principios, no hay ética, no hay respeto por la familia”, afirma, aludiendo a lo que considera una construcción mediática contra su persona.
Lo que dice Everth Bustamante
Desde su lado, Bustamante defiende su versión argumentando que su relato corresponde a hechos reales vividos durante su militancia en el M-19. Según él, aquel día un escolta de Petro lo alertó de la situación “incontrolable” en el apartamento del congresista, lo que lo llevó a intervenir para evitar un desenlace trágico.
Además, Bustamante ha expresado su decepción personal con Petro, criticándolo por lo que él considera falta de coherencia ética y responsabilidad familiar. Este episodio, asegura, lo alejó aún más del expresidente.
Análisis y repercusiones
- Política y repercusión pública: El choque de versiones no solo tiene un matiz personal, sino también político, dado que Bustamante fue una figura importante dentro del M-19 y su libro busca desmitificar episodios del pasado guerrillero de Petro.
- Credibilidad: El testimonio de Herrán apunta a socavar la narrativa de Bustamante, y al pedir pruebas refuerza su posición de que las acusaciones no están sustentadas. Al mismo tiempo, Bustamante apela a su autoridad al contar episodios de su experiencia guerrillera.
- Implicaciones familiares: Más allá de la disputa pública, hay un fondo humano y familiar. Herrán insiste en que, pese a la separación, siempre ha defendido a Petro como padre de sus hijos.
- Dimensión legal: Si Herrán avanza con su exigencia de retractación o pruebas, podría abrir un proceso de difamación o demanda, dependiendo del marco jurídico que decida activar.
Conclusión
El intercambio entre Everth Bustamante y Mary Luz Herrán añade una nueva capa de complejidad a la figura de Gustavo Petro. No se trata solo de un episodio íntimo, sino de un enfrentamiento mediático con implicaciones políticas, personales y éticas. Mientras Bustamante defiende su relato como parte de una memoria histórica crítica, Herrán lo rechaza y exige responsabilidad. El desenlace de este cruce podría tener consecuencias tanto en la esfera pública como en la privada.



