Si Se conocieron detalles de un preocupante plan criminal cuyo objetivo era infiltrar al Ejército Nacional para acceder a información sensible sobre la seguridad del presidente Gustavo Petro y su familia. La protagonista de esta operación fue una mujer que, haciéndose pasar por agente de inteligencia de la Policía, logró ingresar a instalaciones militares y obtener datos confidenciales.
La estrategia, según reveló un sargento activo del Ejército, consistía en presentarse como una funcionaria de inteligencia con acceso a temas delicados. Con esta fachada, la mujer identificada como Estefanía participó en reuniones internas, entró a batallones que forman parte del esquema de protección presidencial y accedió a información clasificada sin levantar sospechas inmediatas.
El sargento Jesús David Rubiano, quien denunció el hecho ante las autoridades internas, relató cómo descubrió la operación y decidió actuar con firmeza.
“Fui personalmente ante el inspector general. Puse en conocimiento estos hechos como debe hacerse: con honor, con carácter, como sargento de la República de Colombia”, afirmó Rubiano.
“Mi general escuchó mis denuncias y me dio instrucciones. Luego, a través de contrainteligencia, se inició el procedimiento correspondiente para seguir los protocolos que exige una situación de este tipo”.
Según Rubiano, la mujer logró integrarse a espacios reservados en unidades militares clave. Su acceso no solo fue físico, sino también informativo, pues participó en conversaciones relacionadas directamente con la seguridad del presidente y su entorno más cercano.
La denuncia ha encendido las alarmas en los altos mandos de las Fuerzas Armadas, quienes ahora investigan si hubo omisiones internas y cómo se permitió que una persona ajena al sistema de inteligencia militar llegara tan lejos sin ser detectada.
Este caso abre interrogantes sobre los protocolos de seguridad del Estado y las vulnerabilidades dentro de las instituciones encargadas de proteger al jefe de Estado.
