Capturado hace más de un año por presuntos nexos con el grupo La Inmaculada, agrupación criminal dedicada al homicidio, extorsión y tráfico de estupefacientes, el exmandatario de los tulueños estuvo preso durante ocho meses.
Sin embargo, a poco de realizarse el juicio que decidirá su futuro, la Fiscalía lo acusa por delitos diferentes, ambos relacionados con irregularidades en dos contratos, lejos de los delitos de concierto para delinquir, el delito por el que fue acusado en una primera instancia.
Lejos del escándalo mediático que generó su captura, en la que lo relacionaban con una trama violenta y de alianzas con peligrosos delincuentes, Gómez habló a propósito de la situación que vive Tuluá en estos momentos como consecuencia del auge de esta banda criminal, su proceso resultó en un complot orquestado por su sucesor en la alcaldía. Aseguró que su grupo político se encarga de generar temor entre los ciudadanos y los detractores.
“Esas grabaciones no son de funcionarios de mi administración, son de personas adscritas a la campaña de un candidato que en el pasado, al igual que otros dos candidatos, fueron miembros de mi gabinete. Ese es uno de ellos y funcionarios de su campaña hablaban”, dijo el exmandatario al medio.



