La defensora Nacional del Pueblo, Iris Marín, realizó un recorrido por el departamento del Cauca, donde, durante cuatro días, escuchó a las comunidades más vulnerables y constató de primera mano la grave situación que atraviesa este territorio. Marín visitó varias localidades como Cajibío, Inzá, Toribío, Páez, Totoró, Suárez, Argelia y Tacueyó, en las cuales pudo evidenciar el impacto de la violencia y el reclutamiento forzado de menores, así como los constantes ataques de grupos armados ilegales.
La gravedad
Durante su visita, la Defensora advirtió sobre los riesgos que generan las disputas territoriales entre grupos armados ilegales, como las disidencias de Iván Mordisco, el Frente 57 y el ELN, que luchan por el control de zonas productivas y rutas del narcotráfico en el norte del Cauca. Los habitantes de las zonas rurales, según Marín, viven bajo constantes amenazas, lo que agrava la situación de vulnerabilidad y dificulta el acceso a sus derechos fundamentales, como la seguridad y la educación.
Crisis
Ante esta crisis, Iris Marín anunció la adopción de un plan específico para fortalecer la presencia de la Defensoría en la región, con el fin de proteger a las comunidades más afectadas, como las indígenas y campesinas, y hacer frente a los casos de reclutamiento forzado de menores. La Defensora destacó que este plan se centrará en garantizar la protección de los derechos humanos de los ciudadanos del Cauca, promoviendo una respuesta institucional más eficaz ante la situación de violencia y desplazamiento forzado.
Las causas
Marín también hizo énfasis en la necesidad de políticas públicas que refuercen la seguridad en las zonas rurales, pero subrayó que estas deben ir más allá de la presencia militar. Según la defensora, es fundamental abordar también las causas sociales de la violencia, como la pobreza, la falta de oportunidades y la ausencia del Estado en varias áreas del Cauca.
