Atlético Nacional disputará su último compromiso de la fase de grupos de la Copa Libertadores con la clasificación en el bolsillo, pero con un objetivo aún latente: asegurar el primer lugar de su grupo con una victoria.
Un triunfo le permitiría definir en casa la serie de octavos de final, una ventaja estratégica en un torneo de alta exigencia como el continental.
Además del aspecto deportivo, el equipo dirigido por Javier Gandolfi busca un incentivo económico. Cada victoria en esta fase otorga un premio de 330.000 dólares entregado por la Conmebol, lo que sumado a los ingresos ya obtenidos por partidos ganados y la clasificación, representa un importante respaldo financiero para la institución.
Pero más allá del dinero, Nacional quiere fortalecer su rendimiento y confianza. Ganar serviría para consolidar el ritmo competitivo y despejar cualquier duda sobre su solidez futbolística, que ha sido intermitente durante el torneo.
Cada punto también influye en el ranking Conmebol, factor clave para los sorteos de las próximas fases. Estar mejor ubicado puede evitar emparejamientos tempranos con rivales de gran peso.
Finalmente, el club quiere responder al respaldo de su hinchada con entrega total y cerrar la fase de grupos con una actuación convincente que ratifique su compromiso con la gloria continental.




