Bogotá – Cundinamarca. La violencia no da tregua y la espiral sangrienta que envuelve a la familia Rodríguez Morales sigue en aumento. En menos de una semana, cuatro de sus integrantes han sido asesinados en hechos que, según las autoridades, estarían directamente relacionados con una disputa por el control del microtráfico en el sur de Bogotá.
El caso más reciente ocurrió el pasado 22 de agosto de 2025 en el barrio Carvajal, localidad de Kennedy, donde Nelson Alberto Rodríguez Morales, de 44 años, fue asesinado de un disparo en la cabeza por sicarios cuando se disponía a ingresar a la funeraria donde velaban a su madre, Sol Margarita Morales Lara, una de las víctimas de la masacre perpetrada tres días antes en la vereda San Ramón, en Mesitas, Cundinamarca.
La víctima y su historial criminal
La muerte de Rodríguez Morales no solo prolonga la tragedia familiar, sino que destapó su amplio prontuario judicial, el cual revela casi dos décadas de actividades ilícitas. De acuerdo con la investigación, Nelson Alberto acumulaba tres condenas firmes que lo vinculaban directamente con redes de narcotráfico y otros delitos graves:
- 2016 → Condenado a 6 años de prisión por concierto para delinquir agravado y tráfico de estupefacientes. En este proceso también fueron condenados su madre, Sol Margarita, y otros dos familiares.
- 2012 → Sentenciado a 2 años y 1 mes por uso ilegal de insignias y uniformes oficiales. Su cuñado, Giovanni Javier Chivatá Daza, recibió 5 años de cárcel por el mismo caso.
- 2006 → Primera condena de 8 meses por porte ilegal de armas de fuego.
Fuentes de la investigación aseguran que la familia manejaba una “olla de microtráfico” en Bogotá, conformada casi en su totalidad por parientes cercanos. Incluso, una de las procesadas dentro de la estructura fue absuelta debido a una discapacidad que le impedía participar en las operaciones delictivas.
La matriarca y la masacre de Mesitas
La serie de homicidios comenzó el pasado 19 de agosto, cuando un grupo armado irrumpió en un centro vacacional ubicado en la vereda San Ramón, en Mesitas, Cundinamarca, y ejecutó a tres personas de la misma familia:
- Sol Margarita Morales Lara (67) → Señalada como líder de la red criminal.
- Giovanni Javier Chivatá Daza (44) → Yerno de Sol Margarita y procesado por el homicidio de un intendente de Policía en 2019.
- Anguel Nathalia Vaca Santamaría (24) → Otra integrante del núcleo familiar.
Tres parientes más resultaron gravemente heridos en el ataque.
Testimonios ante la Fiscalía indican que Sol Margarita habría iniciado el negocio del microtráfico y posteriormente involucró a gran parte de sus allegados. “La señora Sol Margarita fue la que empezó con el negocio y metió a sus familiares al hampa”, relató un testigo protegido.
Una familia bajo exterminio
Para las autoridades, la familia Rodríguez Morales es hoy el epicentro de una guerra entre organizaciones criminales. Las primeras hipótesis apuntan a un plan de exterminio ejecutado por otra estructura delincuencial que busca tomar el control del microtráfico en el sur de Bogotá.
Los investigadores analizan la posible participación de la banda conocida como “Los Avatars”, dedicada al robo de fincas y residencias en la sabana de la capital. De confirmarse, esta organización podría estar detrás de los homicidios, ya que Chivatá Daza habría tenido nexos directos con este grupo.
La conexión con Villavicencio y la muerte de alias “El Diablo”
Las autoridades también indagan un posible vínculo entre estos hechos y el asesinato de Norbey Olivares Rojas, alias “El Diablo”, líder de la organización criminal Guatiquía, ejecutado el pasado 29 de julio en Villavicencio por sicarios que se hicieron pasar por policías.
Alias “El Diablo” tenía un historial criminal que incluía homicidio agravado, tentativa de homicidio, concierto para delinquir con fines de extorsión y porte ilegal de armas. Aunque se presentaba como empresario de reciclaje, coordinaba ataques armados en varias regiones del país.
Los investigadores no descartan que su asesinato haya sido el detonante de una cadena de retaliaciones que derivaron en:
- La masacre de Mesitas (19 de agosto).
- El asesinato de Nelson Rodríguez Morales en Bogotá (22 de agosto).
Villavicencio, según las autoridades, podría ser el epicentro de esta ola de violencia que amenaza con extenderse a otras zonas del país.




