Imagen: Ali Hac Suleyman/Anadolu/picture alliance
Es la primera ocasión en que el grupo terrorista Estado Islámico se atribuye ataques con bombas desde el derrocamiento de Bachar al Asad, en diciembre pasado.
El jueves (29.05.2025), el grupo terrorista Estado Islámico (EI) confirmó sus primeros ataques contra las nuevas fuerzas de seguridad de Siria después de la caída en diciembre del exmandatario sirio Bashar al Asad, en dos acciones llevadas a cabo con explosivos en la región desértica de Al Sueida, en el sur del país árabe.
En dos comunicados, la organización informó que los ataques contra las fuerzas de seguridad «del régimen apóstata sirio» tuvieron lugar el 28 y 22 de mayo en la región de Tulul al Safa de Al Sueida, lugar en el que instalaron explosivos en vehículos de las recientes fuerzas de seguridad de Damasco.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) ratificó la afirmación del EI y garantizó que el grupo terrorista «nunca antes se le había asignado directamente la culpa» de un ataque contra las nuevas fuerzas de seguridad de Siria después de la caída de Al Asad el 8 de diciembre pasado.
Presencia del EI en el desierto
El OSDH, una entidad con base en Reino Unido pero con una amplia red de fuentes en Siria, sostiene que un individuo falleció y tres militares fueron heridos el miércoles debido a una mina detonada a distancia. Según esta organización, la víctima estaba acompañando a las tropas sirias en una patrulla por un área desértica.
El EI alcanzó el control de extensos territorios de Siria e Irak, sin embargo, fue derrotado territorialmente en Siria en 2019, por un grupo bajo el mando de los kurdos y apoyado por una coalición global. No obstante, el grupo ha conservado una cierta presencia en el extenso desierto de la nación.
Esta semana, las autoridades nacionales anunciaron la detención de integrantes de una célula del Estado Islámico situada cerca de Damasco, y los señalaron de estar planeando ataques.
Una nueva operación del gobierno este mes en la ciudad de Alepo, en la región norteña, resultó en la muerte de un oficial de las fuerzas de seguridad y tres integrantes del EI.
El mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, solicitó a su homólogo sirio, Ahmed al Sharaa, asistirles para «prevenir la resurrección del EI», después de anunciar la instauración de sanciones a Damasco.
