El mundo del entretenimiento colombiano está de luto tras el fallecimiento de Sandra Reyes, una de las actrices más queridas y reconocidas de la televisión nacional. A sus 49 años, Reyes deja un legado artístico invaluable, construido con interpretaciones memorables que conquistaron a millones de televidentes.
La noticia de su partida, confirmada este domingo 1 de diciembre, ha generado una profunda conmoción en el público y en la industria. Reyes, quien enfrentaba una batalla privada contra el cáncer de seno, será recordada no solo por su talento actoral, sino también por su calidez humana y su capacidad para conectar emocionalmente con sus personajes y el público.
Una carrera llena de éxitos
Sandra Reyes comenzó su trayectoria actoral en los años 90 con la serie juvenil Clase Aparte. Su versatilidad y carisma rápidamente la catapultaron al estrellato, consolidándose como una de las actrices más queridas de Colombia. Su papel como Paula Andrea Dávila en la icónica telenovela Pedro el Escamoso (2001) marcó un hito en su carrera, convirtiéndola en un referente cultural de la televisión colombiana.
En 2008, brilló con una interpretación más oscura y desafiante como Amparo Cadena en El Cartel de los Sapos, reafirmando su capacidad para abordar personajes complejos. Más recientemente, emocionó al público con su papel de Aracely Urán, madre del ciclista Rigoberto Urán, en la telenovela Rigo, del Canal RCN.
Una vida dedicada al arte y la introspección
Durante la pandemia, Reyes decidió alejarse de la ciudad y se trasladó a Ubaté, Cundinamarca, donde buscó un estilo de vida más tranquilo, enfocado en la meditación y el contacto con la naturaleza. Este cambio reflejaba su búsqueda de equilibrio personal y espiritual, valores que siempre trató de transmitir en su vida y en su trabajo.
A pesar de haberse apartado temporalmente de la televisión para explorar proyectos teatrales y personales, Sandra nunca dejó de ser una figura cercana al corazón de los colombianos.
Una despedida conmovedora
La partida de Sandra Reyes deja un vacío en la televisión nacional, pero también una huella imborrable en la memoria de quienes disfrutaron y admiraron su trabajo. Su lucha contra el cáncer fue un capítulo que enfrentó con discreción y valentía, dejando un ejemplo de fortaleza y dignidad.
Su legado perdurará en cada una de las producciones que protagonizó, recordándonos la pasión y el amor que entregó a su arte. La televisión colombiana pierde una estrella, pero su luz seguirá brillando en el recuerdo de todos.
