Gabriel García Márquez, uno de los más grandes escritores de la literatura mundial, vivió una verdadera travesía antes de escribir «Cien años de soledad», la obra que lo catapultó a la fama internacional y que se convertiría en un pilar fundamental del realismo mágico.
La creación de la novela no fue tarea fácil. En los años previos a su escritura, García Márquez se encontraba en una situación económica difícil. Durante un tiempo, vivió con su esposa y sus hijos en México, donde se mantenía realizando trabajos como periodista. Sin embargo, la idea de escribir «Cien años de soledad» ya le rondaba la cabeza desde hace años, pero fue en 1965 cuando finalmente se dedicó a escribirla de manera decidida.
Una de las anécdotas más conocidas de este proceso es que García Márquez, para poder concentrarse completamente en la novela, necesitaba un ambiente tranquilo y alejado de distracciones. De hecho, se dice que, tras años de lucha con la escritura, el autor llegó a un punto en el que su situación económica era tan precaria que su familia no tenía dinero para comprar comida. Fue entonces cuando García Márquez comenzó a escribir la novela en una máquina de escribir vieja, mientras su esposa y sus hijos le apoyaban en este sueño.
A lo largo de los 18 meses que duró la escritura de la novela, García Márquez se aisló en su casa de Bogotá, llevando una vida extremadamente austera y dedicada por completo a la creación de su obra maestra. Finalmente, en 1967, «Cien años de soledad» vio la luz, y desde su publicación, se convirtió en un éxito inmediato, traducido a más de 30 idiomas y consolidándose como una de las obras más influyentes de la literatura en español.
La historia de cómo García Márquez superó obstáculos personales y económicos para escribir esta obra es un testimonio de su dedicación y su talento. Hoy, «Cien años de soledad» es considerada no solo una de las más grandes novelas de la literatura universal, sino también un legado que sigue inspirando a generaciones de lectores y escritores.




