En medio de tensiones crecientes por la guerra en Gaza, España lideró un bloque de países (Canadá, Francia, Reino Unido, Bélgica y Australia) que decidieron reconocer formalmente el Estado de Palestina. El anuncio, realizado en el marco de la Asamblea General de la ONU, busca generar presión sobre Israel y relanzar un camino hacia la solución de dos Estados.
La medida provoca expectativas y cuestionamientos: algunos analistas consideran que puede revivir el proceso diplomático en Oriente Medio, mientras otros advierten que podría tensar aún más las relaciones con Estados Unidos y otros aliados proisraelíes. La decisión pone de relieve la fractura internacional sobre cómo abordar el conflicto palestino-israelí en un momento de escalada bélica y humanitaria.
