Escasez de medicamentos en Colombia

Escasez de medicamentos en Colombia
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En Colombia se presenta una situación crítica de escasez de medicamentos, que afecta especialmente tratamientos esenciales para enfermedades crónicas, salud mental y procedimientos médicos que no pueden interrumpirse. Más de 200 medicamentos están bajo vigilancia por riesgo de no contar con existencias suficientes, mientras que decenas ya se encuentran en desabastecimiento prolongado.

Según reportes de gremios como Acemi y entidades de vigilancia como Invima y la Procuraduría, las principales causas identificadas incluyen: interrupciones en la cadena de suministros internacionales (materia prima, transporte), demoras en trámites regulatorios nacionales, baja rentabilidad para algunos fármacos que lleva a que fabricantes los dejen de producir, y deudas acumuladas en el sistema de salud que limitan las compras institucionales.


¿Quiénes resultan más afectados? Testimonios y consecuencias

Pacientes con enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, trastornos mentales, o tratamientos oncológicos, denuncian que la falta de algunos medicamentos les obliga a hacer viajes largos, gastar más en versiones importadas o genéricas, o incluso suspender dosis, lo que pone en riesgo su salud. En Cali, Bogotá y otros departamentos, se han reportado protestas de ciudadanos que “no pueden esperar más”.

Organizaciones defensoras de derechos humanos advierten que cuando estos fármacos no están disponibles, incluso por corto tiempo, las consecuencias se traducen en empeoramiento de enfermedades, hospitalizaciones evitables, e incremento del sufrimiento de pacientes y familias.


Acciones del gobierno y posibles soluciones

El Ministerio de Salud ha reconocido la escasez, pero ha sido enfático en diferenciar entre “escasez” y “desabastecimiento”. Según la entidad, hay medicamentos que no faltan completamente, sino que no están disponibles en todos los puntos o marcas.

Para enfrentar el problema, se han propuesto varias líneas de acción:

  • Agilización de los registros sanitarios y permisos de importación para disminuir demoras.
  • Fomentar la producción local de fármacos esenciales, aunque esto se ha topado con el obstáculo de la escasez de materia prima y de industrias que prefieren abandonar productos de baja rentabilidad.
  • Intervenciones regulatorias para evitar acaparamiento y distorsiones de precios por parte de gestores farmacéuticos y EPS.

Retos pendientes y contexto estructural

El sistema sanitario colombiano enfrenta varios retos estructurales que agravan la crisis de medicamentos:

  • Las EPS tienen deudas significativas con proveedores y laboratorios, lo cual limita su capacidad para comprar a tiempo.
  • La dependencia de importaciones para muchos insumos y principios activos los vuelve vulnerables a perturbaciones globales, como pandemias, conflictos internacionales, inflación y problemas logísticos.
  • Los medicamentos de baja rentabilidad (es decir, aquellos que no generan grandes ganancias para los fabricantes) muchas veces quedan relegados frente a la producción y distribución de productos más rentables. Esto genera que los medicamentos “comunes” o genéricos esenciales escaseen.

Conclusión

La escasez de medicamentos en Colombia no es un problema nuevo, pero sí ha empeorado en los últimos años, poniendo en evidencia fallas profundas en la cadena de producción, distribución, pago y regulación. Para muchos pacientes es una crisis que va más allá de la salud física: es una dificultad para acceder a un derecho fundamental.

Mientras el gobierno y distintos actores del sistema de salud trabajen en soluciones estructurales —producción local, regulación efectiva, pago oportuno, mayor transparencia y apoyo al acceso para todos los ciudadanos—, la urgencia sigue siendo real: millones de personas dependen de medicamentos que hoy no encuentran o que tardan demasiado en llegar.


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