Según el informe anual de la UNESCO, más de 2.500 millones de personas vivirán en zonas con estrés hídrico severo para 2035 si no se toman medidas urgentes. Grandes ríos como el Ganges, el Nilo y el Colorado están disminuyendo peligrosamente.

Empresas privadas y fondos de inversión están comprando derechos sobre fuentes de agua, lo que ha generado protestas en regiones como América del Sur, África y Australia. Activistas denuncian que el acceso al agua no puede ser tratado como una mercancía, sino como un derecho humano.
Frente a este panorama, surgen iniciativas innovadoras como la captación de agua atmosférica, plantas de desalinización más eficientes y políticas de reúso urbano. Sin embargo, la gobernanza del agua será uno de los grandes desafíos geopolíticos del siglo.



