El alcalde de Lérida, Luis Carlos Amézquita Cárdenas, ha generado una gran controversia tras anunciar un contrato por $1.400 millones con la organización Funda Colombia para la realización de las tradicionales fiestas del municipio, las cuales solo tendrán una duración de tres días. Este gasto ha desatado fuertes críticas en la comunidad, especialmente por la falta de atención a necesidades básicas de infraestructura y proyectos que podrían mejorar la calidad de vida de los habitantes.
A pesar de las recurrentes quejas por la falta de recursos para obras urgentes, la administración local ha destinado una millonaria suma para el evento, lo que ha incrementado las acusaciones en contra del alcalde, quien también ha sido vinculado al Clan Hurtado. Este tipo de decisiones ha generado una profunda división en la opinión pública, entre aquellos que defienden las fiestas como un impulso económico y quienes consideran que la prioridad debe ser el bienestar de la comunidad.
Mientras las necesidades básicas continúan sin resolverse, las fiestas costosas siguen siendo el centro de atención, lo que ha puesto en tela de juicio las prioridades de la administración local. La polémica continúa, y la comunidad exige transparencia y un enfoque en el desarrollo integral del municipio.




