¡Escándalo entre Groenlandia y Dinamarca!

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La groenlandesa Henriette Berthelsen se vio forzada a utilizar un DIU para evitar embarazos cuando sólo tenía 13 años.
Imagen: Gunnar Köhne/DW

Los ensayos con niños y la anticoncepción obligatoria para mujeres de Groenlandia evidencian el dudoso trato que Dinamarca brindó a Groenlandia.

En el transcurso de casi tres años, un episodio sombrío de la historia entre Groenlandia y Dinamarca fue revelado por medio de un podcast de la radio danesa: el famoso escándalo de las Espirales. Se descubrió que miles de mujeres de Groenlandia, en su mayoría menores de edad, fueron forzadas a usar un dispositivo intrauterino (DIU) para evitar embarazos en los años 60 y 70, a cargo de las autoridades danesas.

Desde 1953, Groenlandia, mayoritariamente habitada por nativos inuit, ya no es oficialmente una colonia de Dinamarca. Sin embargo, no logró su independencia, sino que se transformó en una provincia de Dinamarca. No fue hasta 1979 que Groenlandia obtuvo su propio Parlamento y Gobierno. A pesar de que desde aquel momento ha disfrutado de cierto nivel de autonomía y obtuvo el derecho de autogobierno en 2009, Groenlandia continúa siendo una parte de Dinamarca hasta el presente.

«Nunca antes habíamos tenido nada con chicos»

El propósito de Dinamarca con la anticoncepción obligatoria en aquel entonces era disminuir la considerable cantidad percibida de niños nacidos fuera del matrimonio en Groenlandia y restringir el crecimiento demográfico general. En una entrevista con DW, Henriette Berthelsen, de Groenlandia, recuerda cómo tanto ella como sus compañeros de clase fueron llevados al médico sin que sus padres lo supieran: «En la sala de espera, algunas chicas ya estaban llorando.» Aún eramos muy jóvenes y nunca habíamos tenido ninguna experiencia con niños. Los DIU que nos implantaron eran de gran tamaño y realmente estaban diseñados para mujeres de edad avanzada. Recuerdo los terribles sufrimientos.

El año pasado, Henriette Berthelsen y otras víctimas solicitaron al Estado danés una compensación y una disculpa oficial. Para numerosas mujeres, la anticoncepción obligada generó trastornos de salud y traumas. «No obtuvimos ayuda psicológica del Estado; en caso de obtenerla, una porción de ella la asumimos nosotros mismos», se lamenta Berthelsen.

El caso de las espirales, que tuvo lugar hace décadas, todavía no ha sido resuelto y supone un peso añadido en la ya complicada relación entre Groenlandia y Dinamarca.


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