La Resolución 2254, adoptada por unanimidad en 2015 por el Consejo de Seguridad de la ONU, se considera aún una referencia fundamental para guiar el proceso de transición en Siria. Esta resolución fue diseñada para poner fin a la brutal guerra civil siria y facilitar una transición hacia un gobierno democrático, al proponer un alto al fuego y la creación de un nuevo gobierno inclusivo liderado por los propios sirios. Aunque han pasado casi diez años desde su aprobación, algunos diplomáticos y organismos internacionales, incluyendo el Secretario General de la ONU, António Guterres, siguen viéndola como una herramienta vital para la paz y la estabilidad en Siria.
¿Qué establece la Resolución 2254?
La Resolución 2254 surgió del Comunicado de Ginebra de 2012, que, a su vez, fue resultado de los esfuerzos internacionales para encontrar una solución política al conflicto. La resolución establece una serie de pasos concretos para alcanzar una transición política, incluyendo:
- Alto al fuego entre el gobierno de Bashar Al Asad y la oposición.
- Establecimiento de un gobierno de transición inclusivo que represente a todos los sectores de la sociedad siria.
- Redacción de una nueva Constitución que respete los derechos humanos, garantice la libertad de expresión y asegure un sistema de gobierno no sectario.
- Elecciones libres y justas, con supervisión internacional, que permitirían una nueva estructura de poder sin la presencia de Asad.
- Integridad territorial y unidad de Siria, con el compromiso de que no habrá fragmentación del país.
Aunque estos principios fueron diseñados en un contexto de guerra activa, y el régimen de Asad sigue ejerciendo control sobre gran parte del país, el llamado a una transición democrática sigue siendo un pilar central en las discusiones internacionales sobre el futuro de Siria.
¿Es aún válida la resolución en 2025?
A medida que la situación sobre el terreno ha cambiado, algunos expertos cuestionan la relevancia de la Resolución 2254. Como señala un comentarista en redes sociales, aplicar esta resolución ahora puede parecer como «recetar medicamentos para una enfermedad que ya no existe», ya que el gobierno de Bashar Al Asad ha sido derrocado en términos prácticos y ha surgido una nueva fase política, en la que la transición no está necesariamente centrada en su salida del poder.
El actual «gobierno de transición» en Siria, encabezado por Ahmad Al Shareh, una figura clave en la ofensiva que derrocó a Asad, ha sugerido que la resolución debe actualizarse para reflejar las nuevas realidades. A pesar de este desafío, Al Shareh sigue respaldando los principios de la 2254, ya que esta podría servir como la base para un diálogo nacional más amplio que conduzca a una nueva estructura política y social en Siria.
¿Por qué sigue siendo relevante la Resolución 2254?
A pesar de las críticas, muchos observadores internacionales creen que la Resolución 2254 sigue siendo la mejor opción para guiar la transición de Siria. Según Richard Gowan, experto en la ONU, «es más fácil para los miembros del Consejo de Seguridad seguir los principios de la 2254 que formular un plan completamente nuevo». La resolución, aunque necesite ajustes, sigue siendo un marco sólido para llevar a cabo un «diálogo sirio-sirio», que incluya a todos los sectores de la sociedad y no se limite a un único grupo.
Carl Bildt, exministro de Asuntos Exteriores de Suecia, también subraya que, si bien la transición debe ser liderada por los sirios, el proceso de la ONU sigue siendo la vía más viable para asegurar una solución duradera.
Un camino incierto hacia la paz
La situación en Siria sigue siendo volátil y el futuro del país depende de factores políticos y militares que están en constante cambio. Mientras que la Resolución 2254 sigue ofreciendo un marco potencial para la paz, muchos consideran que la ONU debe adaptarse a las nuevas dinámicas sobre el terreno para mantener su relevancia. Lo que es claro es que cualquier solución duradera para Siria debe ser inclusiva y liderada por los propios sirios, con apoyo externo solo cuando sea necesario.
En resumen, aunque la Resolución 2254 ha sido objeto de críticas y puede necesitar ajustes para alinearse con las nuevas realidades, sigue siendo vista como una referencia clave para el futuro político de Siria. En 2025, el desafío será encontrar formas de aplicar sus principios en un contexto en el que el régimen de Asad ha caído, pero el país aún lucha por encontrar una solución política duradera.




